La peluquería. La pava de mates. La casa de una amiga. El teléfono de una tía. La tienda de ropa. El WhatsApp de una prima. El volante y el acelerador del auto. Una perfumería donde conseguir maquillajes. Una cervecería artesanal. Un maratón de series. Un café con la compañera de oficina. El boliche bailable. La tribuna popular de una cancha de fútbol. La lista de lugares, personas, salidas y circunstancias donde hombres y mujeres suelen refugiarse y/o desahogarse después de una separación es mucho más larga, pero la cortamos ahí porque hablamos de la gente común, la que anda a pie y sin grandes pretensiones.
Los famosos tienen otras opciones a mano. Y como acá hablamos de famosos, frenamos ahí y les damos paso a sus excentricidades. Ivana Icardi, por ejemplo, se “abrazó” a las islas Canarias, y en pleno verano europeo, para matar las penas de la ruptura con Luifa Galesio, Casi nada…
Ahí, en ese paraíso, la rosarina se alejó de un par de meses de polémicas muy intensas y le puso paños fríos a un motor que venía calentando de más hace un tiempo. Sus agarradas con Wanda Nara resultaron épicas y salpicaron a su hermano Mauro, el marido de la rubia.
Se dijeron de todo y varias veces hicieron explotar las redes. Su entreveró con un modelo en la casa de Gran Hermano fue la frutilla del postre: eso provocó los celos de Luifa e Ivana Icardi terminó separada. Ella fue señalada por una parte del público como “la culpable”, eso la bajoneó un poco y en medio del ruido se fue a la playa.
Mucho sol, mucho descanso –hubo alguna que otra salida a bailar, claro–, mucho bronceado. Algunos arriesgan que esa historia con el modelo tendrá otros capítulos. Y en el medio se tomó alguna pava de mate, claro. Al fin y al cabo, los famosos lloran como cualquier hijo de vecino.
En uno de sus últimos posteos, separada, Ivana Icardi escribió: “De repente sabés que es hora de empezar algo extraordinario y confiar en la magia de nuevos comienzos”. ¿Qué se traerá entre manos?