Jessica Simpson está develando algunos detalles sobre su pasado, que ampliará en sus próximas memorias, ‘Open Book’ (en español: libro abierto). El libro se lanzará el 4 de febrero y la gente ya ha obtenido algunos extractos.
En la autobiografía, Jessica confiesa haberse vuelto dependiente del alcohol y las drogas, y admite que le advirtieron que eso la podía llevar a la muerte. "Me estaba matando con la bebida y las pastillas", escribe.
El abuso que sufrió en su infancia
También revela por primera vez, que fue abusada sexualmente cuando era una niña. Esta traumática experiencia, sumada a la presión de su vertiginosa carrera a finales de los 90 y principios de los 00, es lo que la empujó a recurrir a la bebida y las pastillas.
Jessica dio algunos detalles sobre este abuso. La cantante dijo que comenzó cuando tenía solo seis años y compartía una cama con la hija de un amigo de la familia. "Comenzaría con cosquillas en la espalda y luego entraría en cosas que eran extremadamente incómodas", comentó a People.
También, Jessica agrega: “Quería decírselo a mis padres. Fui la víctima, pero de alguna manera, sentía que era yo la que estaba mal". No fue hasta que la artista tuvo 12 años que finalmente contó lo sucedido a sus padres, Tina Simpson y Joe Simpson.
La cantante describe la reacción de sus padres al enterarse: "Papá mantuvo la vista en el camino y no dijo nada", escribe. "Nunca más nos quedamos en casa de los amigos de mis padres, pero tampoco hablamos de lo que había dicho".
En 2017, cuando Jessica se casó y tenía dos hijos, es cuando decidió volver a estar sobria. No ha tomado una bebida desde Noviembre de ese año. "Dejar el alcohol fue fácil", admitió, “Estaba enojado con la botella. Sobre cómo me permitió permanecer complaciente y adormecida ”. También dice que ‘tocó fondo’ durante una fiesta de Halloween en otoño, y eso la empujó a cambiar su vida.
