No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia, será que no... ¿se acostumbran a verlo de esa forma ni haciendo estas cosas? Otrora gigante de la canción latina y hombre de figura capaz de seducir a personas de todos los géneros, ámbitos y estratos, el colosal Luis Miguel acaba de cumplir 50 años y, lógicamente, el paso del tiempo parece haber afectado esa imagen suya inmaculada que arrasó desde finales de los 80 hasta la última década.
El indiscutido "Sol de México" (nació en Puerto Rico, pero se crío, creció y pasó la mayor parte de su vida en la tierra de los mariachis, el tequila y los tacos) reapareció en las últimas horas de la forma menos pensada: protagonizando un comercial para un servicio de delivery de comidas.
La sorpresa no fue solo esa. Lo otro que llamó la atención, de inmediato, fue su figura. Con su pelo rubión y la piel de un color "medio zanahoria", Luismi provocó una inmediata reacción de las redes y la aparición de los infaltables memes, en los que se comparó al cantante, acaso el más grande de todos durante su período más fructífero, con un sinfín de personajes y de situaciones.
Por estas horas, en México no se habla de otra cosa y muchos se preguntan qué tan dura está la situación con el coronavirus (después de los Estados Unidos y Brasil, México es el tercer país con la mayor cantidad de víctimas del continente con una cifra que se va aproximando a las 10.000 muertes) para que Luismi, que alguna vez fue mega millonario, termine filmando un comercial en el que dice esperar que le lleven "un plato de fetuccinni".
Hace un año, se dijo que el cantante estaba en bancarrota y que solo la exitosa y controversial serie de Netflix sobre su vida -cuya tercera temporada sigue siendo un misterio- puso a flote su precaria economía, devastada por los últimos años en los que escasearon los ingresos importantes pero hubo sobreabundancia de gastos innecesarios.
Además de tirarle una soga financiera, la serie puso sobre el tapete, una vez más, las dudas acerca de la suerte que corrió la madre del ídolo, Marcela Basteri, y de la controversial personalidad de su padre, Luisito Rey, mostrado en la ficción casi como un tirano.
La necesidad de facturar ha llevado al artista a grabar un aviso que le valió un sinfín de críticas y de bromas. Los demás se ríen, él factura. No está nada mal.