Llevan 20 años juntos y 17 de casados. Toda una vida acompañándose y encarando el camino en pareja codo a codo, tirando para el mismo lado. Un amor de novela que trascendió más allá de la pantalla. Dos años después de pasar por el altar, Mónica Ayos (47) y Diego Olivera (51) tuvieron a Victoria (15), que llegó para completar la familia junto a Federico (27), el hijo de Mónica al que Diego le brinda un amor de padre.
En 2006, luego de que al actor le surgiera la posibilidad de trabajar en México protagonizando una novela, no lo pensaron dos veces y se fueron. Hoy, en otra etapa, le toca a Olivera devolverle la atención. La actriz será parte de Sueño bendito, la serie sobre la vida de Diego Maradona, y actualmente se encuentra filmando en Italia. Mostrando sus esbeltos cuerpos, le dieron rienda suelta al amor.
“Estoy por laburo, pero tuve dos días libres y nos fuimos a Capri, que nos quedaba cerca. Con Diego hicimos previamente un viaje por Europa en familia, pero ahora empezaron las clases en México, y Victoria se quedó allá estudiando, por eso no pudo acompañarnos. Realmente estoy muy feliz con mi presente laboral, de la serie no puedo hablar por un contrato de confidencialidad. Por otra parte, el 6 de diciembre se estrena, en Los Angeles, En brazos de un asesino, un film policial en el que participé junto con William Levy y Alicia Sanz. También estuve en Argentina grabando una serie para Netflix. Se viene un 2020 lleno de cosas lindas”, relató Ayos.
–¿Existe la fórmula del amor?
–No tenemos una fórmula y creo que nadie la tiene. Creemos en esto de elegirnos todos los días. No hay una imposición para estar juntos ni creemos en los mandatos que propone el “contra viento y marea”. Creemos en defender la identidad de cada uno y la búsqueda que eso conlleva. Esa búsqueda de cada uno es fluir juntos desde un lugar genuino y sentido, justamente es lo que nos mantiene en el camino de elegirnos a diario.
–A propósito de las postales que llegan desde Capri, no dejan de cautivar con sus lomazos, explotan las redes…
–Eso de “explotan las redes” lo dijiste vos, yo no ja, ja, ja… Soy bastante relajada, pero es una linda manera de acercarnos a la gente, me resulta divertido ser cómplice del humor que les imprimo a mis posteos. La mayoría de mis fotos son de playa porque soy una profesional de esquivar el invierno. Ja, ja, ja. Nunca me quitó el sueño el envase, pero lo cuido, obvio. Sí me ocupa el hecho de tener costumbres cada vez más sanas en cuanto a la alimentación y el ejercicio. El foco está en el adentro, en nutrirme de una vida llena de humor, carcajadas y buena gente.
–Hay ganas de volver a vivir a Argentina o ya están afianzados en México?
–Los que conocen la historia y las razones, la oportunidad que se le abrió a Diego en aquel momento con Montecristo… mi decisión fue la de acompañar, fue difícil y sobre todo porque soy independiente y no me caracterizo por acompañar a nadie. La decisión fue la de irnos en familia y probar bajo el mismo cielo. Por otro lado, mi carrera siempre fue en mi país y extraño desde el minuto cero, y mis ganas de volver están siempre intactas a pesar de la carrera internacional que pude proyectar y de las puertas hermosas que se me han abierto traspasando fronteras que ni siquiera había soñado. Mi lugar en el mundo son ustedes.
