El nombre y la imagen de Rodrigo Díaz surgieron en los medios por el romance que mantuvo con el empresario Ricardo Fort. Pero una vez que el chocolatero falleció nada más se supo de aquel muchacho, muchos años más joven, de ojos claros y facha de galán, que acompañó a Fort hasta su muerte.
Hoy, a los 26 años, Rodrigo triunfa en el exterior. Se convirtió en galán de telenovelas mexicanas y adelanta que está a punto de filmar su primera película. Claro que lograrlo no fue tarea sencilla. Entre más de 1200 personas fue uno de los 50 seleccionados para participar de El señor de los cielos, La Rosa de Guadalupe y Educando a Nina, en su versión mexicana. Además, actuó en la novela Por amar sin ley, protagonizada por Ana Brenda Contreras y Altair Jarabo.
El muchacho modificó no sólo su vida sino también su aspecto físico. "Siempre busqué estar un poco mejor para mi trabajo, porque yo laburo con la imagen. En un momento estuve muy grandote, pero ahora bajé. También consumí cosas que no debía, pero cuando uno crece se da cuenta de que el cuerpo es la prioridad. Hay que cuidar la salud", dijo en una entrevista con TN Show.
Y después habló de su romance con el chocolatero. "Me amó mucho, yo fui sus ojos en el último tiempo. Está en mi memoria como la persona que más me quiso en la vida. Cuando él murió, yo estaba en Miami, porque él me mandó a grabar un disco", expresó recordando que la grabación de aquel disco le cambió la vida para siempre.
Además, explicó que se alejó de Martita y Felipe, los hijos de Fort, a pedido de Gustavo Martínez, ex pareja de Ricardo y quien tiene a cargo a los chicos. "Me alejé porque él me dijo que no me acercara. Me da bronca la injusticia. Todo el tiempo aparece gente que se jacta de haber querido a Ricardo, pero en vida no le daban pelota", lanzó sin más.
Tuvo tiempo además, de referirse a la muerte de su ex pareja. "Vivió como le gustaba, a dos mil por hora. Me parece que muchos de sus problemas físicos lo llevaron a tomar mucha medicación y eso le arruinó el organismo", finalizó.