La popularidad que le proveyó el excelente rol que personificó en La casa de papel cambió por completo el paradigma artístico de Úrsula Corberó (36). Su participación en una de las series policiales más vistas de los últimos tiempos fue, sin dudas, un gran salto de calidad para la actriz española. Desde que “Tokio” saltó a la fama a través de la pantalla de Netflix, su vida pasó a ser la de una celebrity por La casa de papel.
Si bien este crecimiento en popularidad no logró llevarse a la rastra todo lo bueno de su bajo perfil, lo cierto es que desde entonces su rostro es reconocido, como nunca antes, en gran parte del mundo. En España, donde registra su arraigo, pasó a formar parte del grupo más selecto de actrices nacionales, y en Argentina, tierra en la que encontró el amor junto al Chino Darín, ya se percibe claramente el tratamiento preferencial que le da el público. Precisamente, sus últimas visitas al país han sido por motivos sentimentales, básicamente con la finalidad de construir una cercanía con sus suegros, el gran Ricardo y su esposa, Florencia Bas.
Con ellos supo pasar algunos días de playa, intercambiando conversaciones y hasta tomando mate, una costumbre que si bien no desconocía, tampoco ponía en práctica con asiduidad. Casi siempre, Úrsula se da una vuelta por Buenos Aires en vacaciones, pero en esta ocasión decidió elegir otro destino para disfrutar de sus días libres. ¿Y adivinen por qué ciudad se inclinó? ¡Por Tokio!
La capital de Japón parece haber reunido los requisitos que la actriz buscaba: tecnología, diseño arquitectónico moderno y hospitalidad. Por todo esto y seguramente por otras cuestiones, es que Tokio fue a Tokio. De lo que no hay dudas es de los riesgos que Úrsula se atrevió a correr: con el temor que se palpa en el planeta por la propagación del coronavirus, enfermedad que ya causó miles de muertos, Tokio, llamativamente, no acató las recomendaciones médicas que deberían seguirse para evitar el contagio.
Tal vez por no querer caer en la psicosis generalizada o vaya a saber por qué razón en particular, se fotografió en una de las avenidas más importantes de la ciudad, en medio de transeúntes que portaban barbijo, como si nada estuviera pasando. Al margen de que seguramente está al tanto de lo que viene ocurriendo con el coronavirus, Úrsula optó por disfrutar del paseo sin tomar las precauciones que los pobladores implementaron para proteger su salud. "No tuve miedo al coronavirus", aseguró.
La raíz del coronavirus está anclada en Asia, pero sus ramificaciones ya fueron letales en Europa, principalmente en España. Sin embargo, Úrsula considera que no hay razones para perder la calma. Menos ahora que, pese a los problemas sanitarios que atraviesa el mundo, Tokio, la de La casa de papel, vive su mejor momento.
