“Como siempre en está época del año”, rubrica y completa Karina Jelinek, al otro lado del WhatsApp, segundos después de contar que está en Miami. ¿Y qué puede hacer allí, en la meca del descanso y la buena vida? Lo mismo que todos los que peregrinan hacia esa ciudad de los Estados Unidos: muchos paseos, mucha playa y mucho shopping.
A la cordobesa, se sabe, le gusta entregarse a los placerese de la vida. Al menos a los que ella entiende como gustos: autos de alta cilindrada, locales donde la ropa se cotiza como acciones en la bolsa y una playa donde siempre son las doce para tirarse a descansar o meterse al mar a darse un chapuzón. Otros se conforman con menos, pero a ella, una de las mujeres más lindas y sugestivas del planeta, le gusta eso. Todo eso.
LEE MAS
La foto hot de Nicole Neumann en los camarines del 13 en medio del escándalo de sus hijas
El trastorno que padece Delfina Chaves: "Es como estar encerrada adentro de mi cuerpo"
La Jelinek, que en la Argentina sigue revistando para la agencia de modelos Chekka, lució una bikini diminuta para hacerle frente a los 32 grados a la sombra que hizo uno de estos días y se entregó, esbelta como siempre, a los rayos de febo. Pero no apoyó su cabecita sobre una lona ni sobre un bolsito usado como recurso de emergencia para improvisar una almohada.
No: se recostró sobre las curvas de la amiga que la acompañaba, tan bonita como ella. Ahí, sí, donde termina la espalda y empiezan los zigzagueos. La gente, los locales y los turistas, se paraban pa´mirarla. Y acorde a la época, también para filmarla. El videito se filtro y aquí está, pues, tan fuerte como la tarde en la que Karina Jelinek hizo que todos sintieran los efectos del calentamiento global.
