Mamá presente, Gabriela Sari (43) reparte sus tiempos para no dejar de lado su pasión: la actuación. Con llamativa delgadez, la esposa de Darian Schijman, Rulo, estrena en el cine Todo por el ascenso, con Tomás Fonzi y Ariel Pérez de María.
“Estoy muy contenta con los resultados de la película. Me gusta porque tiene ritmo, es una comedia que te lleva de viaje por un montón de estadios para ir al cine, distenderse, pasar un buen momento. Por lo menos es mi plan y lo que busco cada vez que encaro un momento para pasarla bien. A mí me gusta la intensidad en lo laboral, me hallo. Y si no me sucede lo provoco, porque en mis días me lleno de cosas, de actividades para hacer. Veo que puedo resolver todo, entonces avanzo. Y supongo que la última parte del año me va a encontrar activa, con cambios… me estoy mudando, algo que no es fácil y me tiene muy ocupada a nivel creativo”, dijo.
–Donna, tu hija, tiene casi dos años, ¿cómo es tu realidad de madre?
–Con Donna estuvimos varias veces mano a mano, que para mí eran fundamentales para el conocimiento, saber lo que necesita, darnos cuenta una de la otra. El vínculo se crea así. Y desde los momentos en que mamá se va y papá también, porque tiene que estar ese despegue. Es necesario para ambas partes. No la llevo conmigo a grabaciones ni a filmaciones. Cuando vuelvo a casa, reconectamos. Y como ya está grande, se trepa, sube, baja, es tremenda, hiperactiva, no para. ¡Termino agotada, por supuesto! Llega un momento del día en que le digo: “¡¡¡Bastaaaa!!!”. Le digo que tiene que dormir y me dice que no.
–Qué loco eso que contás…
–Y yo pienso que luego uno tiene tantas responsabilidades que me gustaría anclarme en la niñez. Por eso es entendible que ellos no quieran cortar nunca con los juegos. Después el mundo es tremendo. Tengo una filosofía de vida que me acompañó desde siempre: de todo trato de ver lo positivo. Y la idea es intentar transmitirle lo mismo a mi hija. Ojalá ella lo pueda acompañar.
–¿Te mudás a un espacio más grande para que disfrute la nena?
–Sí, por eso. Hace mucho que estábamos en el barrio de Las Cañitas pero necesitamos espacio. Un hijo necesita su propio espacio. No queremos invadirla ni que nos invada. La idea es sostener una pareja, más allá de criar a la nena, por eso nos vamos a expandir. Nos vamos a un lugar donde tenemos verde, árboles, vamos a poder jugar un poco más en el pasto, salir de lo que es cemento. Y ahí voy a poder reconectar con la pintura. El ejercicio del alma no lo podés abandonar, es un día a día, estés donde estés.
-Y avanzaste...
-Pero ahora lo tenía medio relegado porque es inevitable que, cuando estoy pintando, se me acerca, me agarra los pinceles y todo termina siendo un enchastre, y me detiene la creación. Si no, lo hago cuando ella no está. Pero, como te decía, está bueno tener tu lugar, tu espacio, es fundamental. En un sector de la casa yo necesito tener mi micro caos, no puedo tener todo ordenado. Es muy difícil entender que hay que tomarse el tiempo para una. El foco se va a tu hijo porque es una persona que estás construyendo pero también tenés que entender que sos un individuo al que hay que generarle sus tiempos y satisfacer sus necesidades. Desde el primer momento en que fui mamá traté de tener espacios para mí: caminar, entrenar, leer, ¡¡momentos sola!! La madre que está todo el día y toda la noche se agota y después llega la poca paciencia con el bebé o con la pareja, y es lo que hay que tratar de evitar. Me siento feliz, que estamos en una era súper buena, productiva para las mujeres. Estoy viviendo y atravesando con una hija una responsabilidad enorme.
–¿De enseñarle cosas distintas de las generaciones pasadas?
–¡Totalmente! La pregunta que ahora nos hacen a las mujeres es si nos sentimos empoderadas, a mi hija ya no se la van a hacer porque ya lo va a ser de por sí. Mirá todo lo que tuvo que pasar para que la mujer pueda llegar a asomarse, a tener un lugar, a ser escuchada, a reclamar sus derechos.
–Se te ve demasiado delgada, ¿te lo dicen?
–Me dicen que estoy flaca, pero creo que es un tema de energía, porque estoy con varias actividades. Yo me siento bien.