Cuando Charly García escribió "Esos raros peinados nuevos", en 1984, no pensaba que un día habría una pandemia que dejaría a la población sin peluquerías. Ni tampoco en Augusto Tartufoli, que ya lo escuchaba por ese entonces: tenía 20 años y mostraba, ya, el espíritu rebelde que aún conserva.
2020 será, para siempre, el tiempo de la cuarentena, del encierro y del coronavirus. Las chapas crecen medio salvajes y se hace difícil, si la intención es respetar todas las medidas de higiene y sanidad, conservar el cabello por los "carriles normales" sin ir a la pelu.
Para los 55 pirulos que tiene el popular y querido Tartu, que el pelo aún crezca y tenga vida es un enorme punto a favor. Un poco por eso, se ve, el hombre lo dejó "que fluya y sea libre", como se dice ahora.
Su looks, a partir de esa decisión, se volvieron inevitable comentario en las redes. La mayoría aprueba los "peinados locos" del filoso periodista, anteriormente integrante de los paneles de Los profesionales de siempre, de AM y de Intrusos, entre otros ciclos televisivos, y algunos incluso piden que sean tendencia: los quieren ver en Twitter, en Instagram y también en la calle, repetidos en las melenas de la gente.
Tartu, por su parte, se hizo eco de algunos tuits y los fue "retuiteando", algo que en el manual no escrito del mundo digital significa apoyar, o por lo menos amplificar, lo que dice otra persona.
También hubo algunas críticas, otra cuestión imposible de eludir en la comunicación virtual. Las burlas estuvieron a la orden del día. Pero hubo más apoyo. Y todo el mundo feliz, como cuando se escucha una buena canción de Charly García.
