Abdominales, brazos, espalda, bíceps, tríceps, cintura, muñecas. Tres de 15, 2 de 20 y 4 de 10. Bicicleta, pesas, mancuernas, soga y espejos. Mariano Martínez entrena como si fuera a pelear por un campeonato mundial de boxeo, o de las últimamente populares MMA o Vale todo. El actor se mete al gimnasio y les da duro tanto a los ejercicios aeróbicos como a aquellos que incluyen la utilización de aparatos. Son horas y horas de rutinas de altísima exigencia supervisadas por sus “profes”. Lo tienen al trote, como se dice comúnmente, pero no su mujer, sino aquellos que le diagraman la estrategia. Y no. No va a subirse a un ring ni va meterse a un “octógono” para combatir por un cinturón o ir en busca de un nocaut, pero los resultados están a la vista. Su debut como señor de las cuatro décadas –cumplió 40 en diciembre del año pasado– lo encuentra con un estado físico impecable. Ni un gramo de grasa. Ni un kilito de más. Puro músculo y la famosa “tabla de lavar la ropa” intacta entre el pecho y la cadera.
Trabajar el físico no es un tema cualquiera ni menor para el galanazo. “Entrenar –comentó en sus multitudinarias redes sociales– es mucho más que lo estético. Tiene que ver con otras cuestiones tanto o más importantes que esa. Entrenar es bienestar, es alegría, es salud, es mi mejor cable a tierra y me genera en el organismo infinidad de cosas buenas”, pudieron leer los dos millones cien mil personas que lo siguen con el telefonito o con la compu.
Pero eso no fue todo. Para nada. Convencido y feliz del asunto, agregó casi con un tono religioso: “El cuerpo es nuestro tiemplo, y hay que cuidarlo. Por eso al entrenar también hay que hacerlo con cuidado, haciendo los controles semestrales y anuales necesarios. Y, de esa forma, de a poco ir cumpliendo los objetivos que cada uno se ponga”.
Martínez siempre fue un fanático de la preparación atlética, pero hace unos diez meses sigue un entrenamiento determinado que, según él, le reportó mejores resultados de los que esperaba. “Me siento mejor que nunca. Le recomiendo a la gente que pruebe, porque entrenar así los pone aptos para cualquier deporte, y además los llena de vitalidad. Todo con voluntad, constancia y paciencia”.
Un poco para completar su nueva visual externa, M. M. se afeitó la barba que se había dejado crecer en los últimos tiempos, y su rostro volvió a lucir un poco más aniñado. En la actualidad, el actor prepara la gira sudamericana de Mentiras inteligentes, la obra de teatro que protagoniza con Arnaldo André, Betiana Blum y Florencia Torrente, un ciclo que los llevará, en principio, por diferentes destinos de Paraguay y de Uruguay.
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Luego recorrerán buena parte de la Argentina. El teatro fue un mimo para Mariano, a quien no le fue bien como conductor de Primera cita, su aventura televisiva de 2018. Una caricia para el alma. Porque al cuerpo, de tan cuidadito que lo tiene, casi que no le hace falta.
El galán no quiso estar en el Bailando en 2019.
Y su mujer, Camila, también se quedó con las ganas.
¡Qué cuerpo!
