Paula Chaves suele compartir recuerdos familiares en su cuenta oficial de Instagram. Esta vez, la conductora lo hizo posteando una tierna imagen junto a Miguel, su padre, que acompañó con un simpático reclamo en el que recordó el "drama" que ella vivió durante su adolescencia con los rulos que definían el look de su cabeza.
Paula posteó una imagen donde se la ve junto a su progenitor disfrutando de un día de playa, entre la arena y el mar, y muy pegaditos. Y sobre la imagen que define parte del vínculo que Chaves tuvo con Miguel- quien se hizo conocido públicamente por ir a las presentaciones de la ex modelo en el Bailando por un sueño-, la mujer de Pedro Alfonso incluyó un inesperado "pase de factura".
"Y te perdono la carga genética ruluda que cagó parte de mi adolescencia, Miguel Chaves", escribió Cháves, sobre la imagen donde se la ve a ella de nena y donde predomina un pelo lleno de rulos, lejos del look con el que la conocemos desde que desembarcó en los medios, muchos años atrás en el reality de modelos, Súper M. Claro, aunque la confesión fue grande, el posteo fue recibido con humor entre sus miles de seguidores.
Amante de los cuidados estéticos, al parecer que su cabello haya tenido rulos fue todo un tema para Paula quien reconoció, en primera persona, que durante los largos años que dura la difícil etapa en todos los jóvenes, es algo que le generó más de una situación de incomodidad.
PAULA CHAVES CONTÓ EL DRAMA QUE VIVIÓ SU MAMÁ
"Mi vieja me tuvo a los 22. Pasó años entregada a sus hijos y a la casa. Un día, entrados los 2000 y después de un derrotero de situaciones y habernos fundido económicamente, ella y papá se separan. ¡Me pegó tan duro! Me enojé mucho con los dos; estuve muy angustiada. Con decirte que hasta el día de hoy mi sueño es volver a verlos juntos… En fin. Mamá, con cuarenta y pico, se vio sola. Sin profesión. Sin saber hacer nada. Y se deprimió...", confesó Cháves, pocos años atrás.
"Comenzó a tener actitudes raras y debió recibir atenciones psiquiátricas. Mis hermanos (Delfina y Gonzalo), que todavía eran chicos, decidieron vivir con papá. Yo estaba embarazada de Oli y me molestaba mucho con ella: "¡Má, no puedo creer que llores! ¡Debés estar bien, por nosotros!". Al poco tiempo buscó alivio en el alcohol. Después comenzó a tomar dosis dobles de antidepresivos, a mezclarlas con la bebida, y entonces se perdió. Porque todos los adictos necesitan tocar fondo", recordó Paula.
