No transcurre en un parque, pero la vida de Andrea Rincón es un interminable subybaja de emociones. Después de protagonizar una explosión de furia contra Intrusos la semana pasada, esta vez volvió a ser noticia porque rompió en un llanto desconsolado... pero de felicidad y alegría.
La actriz fue sorprendida por su novio Mauricio Corrado, quien celebraba su cumpleaños pero decidió darle un regalo a ella al revés de lo que marca la costumbre de que el "homenajeado" es quien festeja. Tranquilo sin hacer mucha alharaca, el hombre la llamó, sacó un anillo de compromiso y le propuso casamiento. Ella no aguantó la emoción y se puso a llorar mal.
No hubo, como en las películas o la novelas que protagoniza ella, escenografías glamorosas ni vestimentas de lujo. Rincón estaba elegante pero sencilla (sacó amarillo, pantalón pinzado negro) y su pretendiente no podía estar más ganador: llevaba una remera de entrenamiento del seleccionado nacional de fútbol.
Había más gente, por supuesto. Familiares y amigos que se habían reunido para celebrar el cumple de Mauricio y que, de alguna manera, fueron sus cómplices. La mayoría sabía que se traía el muchacho, pero ninguno dijo nada. La gran sorprendida con la movida fue ella.
A ANDREA RINCON LE PROPUSIERON CASAMIENTO Y NO PUDO CONTENER EL LLANTO
Rincón no entendía nada. Incluso, tenía una de sus piernas apoyada en una silla y sobre esa pierna fue que Corrado apoyó el estuche rojo con el anillo adentro y le hizo "la pregunta del millón": "¿Te querés casar conmigo?". Sin salir del asombro, emocionada, Rincón se puso a llorar como si fuera una adolescente.
La respuesta de la acrtiz fue sumamante "teatral" y muy fiel a su estilo. Práctcicamente no emitió palabra sino que pasó directamente a los hechos. Como pudo, conmovida todavía por el gesto de su novio, Rincón se incorporó, se paró por delante de él, lo estrechó en un fuerte y profundo abrazo y le dio un tremendo beso que ninguno de los dos olvidará, probablemente, por el resto de sus vidas. Un beso que quiso decir que sí.