Verónica Laffitte es la tercera en discordia entre Gisela Dulko y Fernando Gago, que se separaron en medio de un escándalo después de varios años de matrimonio y una familia formada.
Experta en danzas, emprendedora de buena posición social, Verónica conoce a Gisela hace años al punto en que se convirtieron en grandes amigas de la vida y compartían secretos, de los mas íntimos, por lo menos hasta poco tiempo atrás que la realidad cambió por completo para la ex deportista.
Incluso, Lafitte contó con el gran apoyo de la ex tenista cuando decidió hacer un emprendimiento en la zona de Nordelta vinculado al deporte, y Dulko estuvo a su disposición para ayudarla en todo lo que pudo, incluso con la promoción del lugar, algo “cotiza en bolsa” en términos de publicidad, que no se tenga que pagar.
Pero Verónica tenía otras intenciones mas allá del compartir con quien era su amiga: se había enamorado de Fernando, el ex futbolista. Y en sus planes mas profundos, quizá, estaba que se termine el matrimonio de su amiga para tener “vía libre” y concretar su amor, lejos del ocultamiento, con Gago.
Y así es que hoy, Verónica se convirtió en la mujer oficial del deportista, más allá del escándalo desatado, de los reproches que pudieron existir y de un conflicto también puertas adentro, del que son parte, de “rebote”, los hijos de los tres protagonista de este tenso final y comienzo de una nueva etapa.
Etapa que, se supone, tendrá mas capítulos por delante porque todavía no se conoció que tiene para decir, en principio, Gisela, quien fue quien encontró en la cama a su marido con Lafitte y quien protagonizó un primer enfrentamiento en el chat de mamis, en el exclusivo barrio privado, en las afueras de Capital Federal, Los Castores, en medio de macabros datos sobre el triste final de un largo amor.