La novela paraliza al país, literalmente. En épocas de entretenimiento a la carta, en las que no es necesario plantarse delante de un televisor a un horario determinado, todo el entramado de Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez se convirtió en tema nacional.
Ninguna persona escapa de este culebrón, que no está ficcionado ni escrito por un guionista, sino que brota de los comportamientos increíbles de los tres famosos. A cada minuto se añade un nuevo capítulo, un acción de alguno de los involucrados para sacudir todo.
En el medio de las peleas, de las acusaciones, de las indirectas en las redes sociales, de las batallas en tribunales entre la mediática y el futbolista también aparecen personajes secundarios, a quienes las esquirlas los dañan por un eje en común: los hijos.
La extremadamente rápida convivencia de María Eugenia con Icardi, en la mansión que se compró en Nordelta por cinco millones de dólares, activó la preocupación de los padres de sus niños: Benjamín Vicuña y Nicolás Cabré. Así se supo que el progenitor de Rufina ya le anunció que se la quedará todo el verano.
BENJAMÍN VICUÑA LLAMÓ A WANDA NARA PARA CONSOLARLA
Lo más sustancial del caso se relaciona con el chileno, que evidentemente no está ajeno a todo este embrollo y realizó una movida sorpresiva: se comunicó de manera privada con Nara. La información surgió en Intrusos, donde el panelista Guido Záffora relató todo.
“Benjamín Vicuña llama a Wanda Nara ayer a la tarde, él está hoy más del lado de la conductora que de la mamá de sus hijos”, explicó el periodista. Y después confirmó el consejo que le brindó el actor: “Vicuña la consoló a Wanda, le dijo ‘Eugenia es así, no te preocupes’, estuvieron como media hora hablando”.