Los tiempos han cambiado. Definitivamente. Cientos de novelas, escritas por los mejores y más reconocidos dramaturgos, han contado a lo largo de la historia o la pelea de dos mujeres por un hombre o el enfrentamiento de dos señores por la atención de una muchacha. Sin guionistas que lo hayan escrito, Gran Hermano presenta la versión "3.0" de las disputas amorosas: por el varón, ahora, compite una dama con un caballero.
En el medio de la exuberante Daniela y del pintón Nacho está Thiago, el jugador que en las primeras semanas enterneció a todos con su dura historia de vida, lucha y superación. Es nacido en González Catán, en el corazón del populoso partido de La Matanza, al oeste profundo del conurbano bonaerense, y cada tanto tira de un carro que llena de cartones para sumar unos pesos al sueldo que cobra en el Mercado Central.
Thiago no lo sabe porque el aislamiento es total, pero han pasado algunas cosas tanto afuera como adentro de La Casa desde que empezó el Juego. Por ejemplo, es el único competidor que no solo no ha ido a placa, sino que jamás recibió un sólo voto de sus contrincantes. Jamás. Cero. Increíble pero real. Por otra parte, su familia también ha sido noticia, pero por motivos menos agradables.
Lo que sabe Thiago es que "tiene algo" tanto con Daniela como con Nacho. Con ella, después de coquetear un tiempo, "concretó". Y no sólo eso. Juntitos los dos juntitos batieron el récord de "resistencia" de todos los Gran Hermano de la Argentina y el mundo al mantener relaciones 4 veces en una misma noche. Antes y después de establecer semejante marca se envolvían y todavía lo hacen en un extraño juego de "te miro pero no me toques".
Con Nacho, que vivió horas anímicamente críticas cuando armaron el arbolito y comprendió que serán las primeras fiestas sin su mamá, se arrastran el ala prácticamente desde que empezó el programa. Allí hubo de todo también, hasta besos con cierta pasión en la pileta, la semana pasada, cuando todos los termómetros marcaban casi 40 de térmica.
Lo dos "candidatos" de Thiago se encontraron con él, y con Maxi, en el jardín de la vivienda más famosa del país. En realidad Nacho estaba y la que llegó fue Daniela, que arrancó a los besos con el joven. Como Nacho la miró medio mal, empezaron a discutir y a mostrar sus "celos". "A mi los besos me los da solo, no se los tengo que pedir", le tiró ella por la cabeza. El le devolvió gentilezas y además le tiró una picante cuando le dijo "eso lo dejamos para nuestra intimidad, ¿no?" y buscó complicidad con Thiago. Nacho se fue con Maxi y Daniela le hizo un planteo "de novia" a Thiago, que quedó en silencio. Se viene, se viene, se viene...
