Los ex Gran Hermano hablaron a fondo de su amor.
Se armó una especie de triángulo espinoso, que entrelaza tres puntas de un mismo origen: Gran Hermano. De esa casa brotó el amor por doquier para Nacho Castañares, porque vivió una historia intensa con La Tora y ahora se animó a construir un noviazgo con Coti Romero.
La trama se espesó porque Lucila Villar admitió que no le agradó en lo más mínimo que la correntina se enrolle con el blondo, más allá del tiempo transcurrido, sino principalmente porque la consideraba una ‘amiga’ y sintió que rompió algunos códigos.
En todo ese ruido mediático se instaló una incógnita, que refiere al momento exacto en que comenzaron a salir, a frecuentarse, a prodigarse cariño en la intimidad. Todo eso a raíz de las historias anteriores de Coti y Nacho con el Conejo Quiroga y La Tora.
Finalmente, el rubio y la correntina decidieron romper el silencio y explicar con todas las letras el origen de su relación de pareja. Esa revelación surgió en la visita al piso de A la Barbarossa, donde Nacho admitió: "Nosotros nos conocíamos ya de antes, de la casa de Gran Hermano. Y bueno, después cada uno cortó la relación que tenía y estando los dos solos se fue dando”.
Respecto a esos posteos polémicos, que referían a un beso que se estamparon en un boliche y activaron los rumores, Castañares profundizó: “No sé, si fue exactamente en la foto del chicle que dicen ustedes pero quizá de ahí empezó a haber algo más entre nosotros".
Frente a esa confesión de Castañares, Coti tomó la palabra y utilizó una reflexión más filosófica del comienzo de su noviazgo. "Hay una frase de un libro que es muy buena que es que cuando te estás durmiendo, te vas durmiendo de a poquito y sin darte cuenta. Yo creo que es un poquito así lo que pasó, nos fuimos enamorando de a poco y casi sin darnos cuenta".