Sus editoriales han sido de los más comentados durante el último tramo del gobierno de Cristina Fernández. Luis Majul (57), dueño de un perfil laboral sumamente crítico con la gestión que precedió al desembarco en el poder de Mauricio Macri, enfrentó sin dudas todo lo que representaba el aparato de choque mediático que blindaba a la ex presidenta. Lo hizo sin moverse un centímetro de su libreto, documentando sus informes y defendiéndose con investigaciones reveladoras.
Claro que, como señalábamos, al periodista político más importante de América no le salió gratis: más de uno lo acusó de tener intereses creados con otros sectores. Sin embargo, Majul jamás cambió la tónica de sus programas. Siempre a fondo, con pruebas, filmaciones y números como puntas de lanza. Todo este perfil convirtió a La cornisa en una marca registrada, pues el programa que conduce Majul no es únicamente contenido, sino también continuidad en televisión, un medio donde automáticamente estás afuera si el público no acompaña.
Sin dudas, la temporada 2019 no será una más ni para el periodista ni para el ciclo, pues se cumplirán nada ni nada menos que dos décadas en el aire. Un lapso que, en las épocas que transitamos y teniendo en cuenta que los análisis de la realidad son cada vez más complejos y subjetivos, no cualquier programa logra sostener. Con todo lo que hay en juego cada vez que un canal decide sumar a su grilla un nuevo producto, sabiendo que en caso de que el rating no dé un guiño deberá darlo de baja, sea en el momento que fuere, perdurar 20 años en la pantalla chica es realmente para destacar. Como suele ocurrir en muchos casos, los propósitos alcanzados por Majul en el ámbito profesional tal vez sean un reflejo de lo que es su vida puertas hacia adentro.
Porque en ese aspecto personal también le va bárbaro, pues coincidentemente con el vigésimo aniversario de La cornisa, el conductor está cumpliendo 25 años de relación con su mujer, María Conte Grand. Evidentemente, la solidez del vínculo también es consecuencia de la muñeca que ambos poseen para manejar situaciones que no contemplan exclusivamente lo familiar, sino que, además, incluyen lo profesional.
Aunque a los ojos del espectador no parezca, ambas cosas van de la mano y actúan en modo sinergia. Sin ir más lejos, en plena confrontación con los Moyano, Hugo y su hijo Pablo, Majul amaneció con las inmediaciones de su casa empapeladas con agravios hacia él y hacia su esposa. Lejos de amilanarse, el matrimonio se unió en fuerzas concurrentes y no claudicó en su postura de continuar denunciando. Este escrache no consiguió instarlos a cambiar de ADN. Por algo La cornisa llegó tan lejos. Por algo Majul disfruta cada mañana de su familia constituida. Indudablemente, algo bien habrá hecho.
La pareja luce firme, más allá de los aprietes.
Luis tiene buena relación con Mariano Iudica y Pamela David, sus compañeros de América.
