Casi tres décadas atrás, Graciela Pal (72), por entonces mamá de una pequeña niña, cruzó su camino con el contador Eduardo Inchausti en Villa Giardino, localidad de Córdoba, mientras disfrutaba de unas placenteras vacaciones. Aunque fue amor a primera vista, por ese entonces el caballero estaba comprometido.
Al tiempo, la integrante de Cabaret, en el Teatro Liceo, y su amor formalizaron una relación que en los próximos días se reafirmará en una unión civil, en un registro del centro porteño, donde la hija de la artista oficiará de testigo, al igual que Verónica, la heredera del futuro esposo, acompañados por pocos íntimos.
“Nos casamos porque hace veintisiete años que convivimos, porque nos seguimos queriendo como el primer día. Porque nos enamoramos el día que nos conocimos y porque pasó el tiempo suficiente para darnos cuenta de que es una linda decisión. No nos casamos antes por miedo a que cambie todo. La vida pasa muy rápido, y encontrar un compañero como él es una suerte para cualquier mujer, y la tuve yo", contó.
"Es mi segundo casamiento. El primero fue con el padre de mi hija, Manuelita, con el que estuvimos diez años casados. Con Eduardo tenemos muchos momentos vividos, somos muy felices y estamos compartiendo el día a día con alegría. Nos acompañamos y apoyamos en nuestros trabajos aunque sean opuestos”, agregó.
Como Graciela tiene función de teatro, no habrá festejo de la unión legal. “Hoy nos une, más que nada en el mundo, nuestra nieta Amparo, la hija de mi hija. Edu juega mucho con ella y se llevan muy bien. Amparito es la luz de cada día de la semana que la podemos ir a ver, cuando no hago teatro. La bendición de anillos será a fin de año con el padre José, un cubano que vive en Miami, que somos amigos de jovencitos, y ahí también haremos una fiesta”, adelantó la actriz, que en diciembre disfrutará de la luna de miel, en Cariló.
