No hay mal que por bien no venga. Se dice hace 1000 años y parece que Marcelo Tinelli está dispuesto a llevarlo a la práctica. Pocas horas después de conocerse la conmocionante noticia de que está separado de Guillermina Valdés tras 9 años de relación, trascendió su exótico, lujoso y electrizante plan para empezar a dejar atrás los bajones anímicos que le provocaron la ruptura.
En el medio de los dos partidos que definieron los primeros semifinalistas de la Copa de la Liga Profesional (Racing, que goleó 5-0 a Aldosivi, y Boca, que superó 2-0 a Defensa y Justicia en La Bombonera) la noche del martes provocó una fuerte conmoción en el ambiente de la farándula al conocerse el desenlace de la relación afectiva de quien fuera hasta poco, precisamente, el presidente de la entidad que ingresó en el tramo final de su primera competición anual.
La referencia futbolera no es antojadiza: el "plan" de Tinelli para dejar atrás el bajón que supone cualquier crisis sentimental incluye la asistencia a una serie de eventos que lo mantendrán afuera del país entre tres semanas y un mes.
Un lapso apropiado para despejarse, renovar aires, pasear, visitar amigos, comer manjares y saborear bebidas que en Argentina no son tan frecuentes y, de paso, alentar a los representantes albicelestes que afrontarán cada una de esas justas deportivas. Eso, supone, le permitirá empezar a dejar atrás la ruptura con Guillermina.
El primer destino de Tinelli, el próximo fin de semana, serán los Estados Unidos. Más precisamente Carson, en el estado de California, en la costa oeste de ese enorme país. Allí, en un estadio construído en el "Parque de la dignidad y la salud deportiva", el boxeador bonaerense Brian Castaño peleará en combate revancha contra el yanqui Jermell Charlo en un nuevo intento por convertirse en el primer púgil argentino que logra ser campeón del mundo de las cuatro entidades que rigen al deporte de los guantes.
Castaño y Charlo empataron el año pasado, y volverán a verse las caras este sábado por todos los títulos de la categoría Super welter. "Va a ser una pelea terrible", se entusiasmó Tinelli entre sus amigos.
Si bien en las tribunas habrá inmensa mayoría local, es probable que ninguno de los fanáticos de Charlo sea tan famoso como Tinelli, que ya tiene reservado un lugar en el ring side más costoso. Asistir a la velada le permitirá a Marcelo, además, eludir la entrega de los Premios Martín Fierro y a la parva de periodistas que correría atrás suyo en pos de una declaración sobre la separación del año.
El primero de junio, es decir 15 días mas tarde, Tinelli habrá cruzado el Atlántico y se sentará a una de las butacas del legendario estadio de Wembley, donde el seleccionado nacional de fútbol medirá fuerzas con Italia en lo que se ha dado en llamar "La finalissima", un partido que reúne y pone cara a cara al último campeón de América con el último ganador de la Eurocopa.
Será una de las últimas escalas preparatorias rumbo al mundial de Qatar, que se jugará entre noviembre y diciembre de este año, al que Marcelo tiene pesando ir y donde Italia ya sabe que no estará: fue insólitamente eliminado, en fase de grupos por Suiza y en el repechaje por Macedonia del Norte, que luego perdió con Portugal y tampoco estará en tierras árabes. Evidentemente, sacarse de encima la mufa sería un golazo para él.