Muchas historias de amor no arrancan con el típico flechazo de Cupido, porque, aunque muchas veces la realidad supera a la ficción, la vida real no es como una comedia romántica de Hollywood. A veces, el romance necesita del tiempo y, por qué no, de un “empujoncito” que venga de afuera.
Eso fue lo que le pasó a Carla Peterson con Martín Lousteau, un amor que lleva años consolidándose, pero que no se dio súbitamente. “Nos presentó una amiga en común, en una reunión. Ahí lo conocí. Y no hubo un flechazo: era un momento complicado para mí”, arrancó la actriz en Los Mammones.
La rubia recordó que el timing tampoco estaba del lado del economista: “No sabíamos. Nos presentaron y bueno, después se dio, por la insistencia de él”. Es que la actriz reconoció que su marido la tuvo que remar bastante. “Muchas veces le cancelé, se la hacía difícil, pero sin querer”, admitió.
“Yo no estaba con mucho ánimo para salir, estaba trabajando mucho. ‘Así no va a funcionar’, decía”, siguió. Pero todo cambió cuando pudo ver a Lousteau, literalmente, con otros ojos, al engancharlo en el cable en un programa de economía: “Le estaban haciendo una nota, hablaban vayan uno a saber de qué, y qué hacía yo viendo eso”.
En ese punto, Carla recordó que otra famosa entró en la cancha: su amiga Eleonora Wexler. “Estaba viendo el programa y hablando por teléfono con ella. ‘¿Qué vas a hacer hoy, amiga?’, me preguntó. ‘Este Lousteau me dijo que salgamos, pero no sé, ahora está en un programa de televisión. Lo voy a ver, después hablamos. Chau’”, relató.
“Al rato, suena el teléfono: ‘¡Amiga, lo estoy viendo!’. ‘Yo también lo estoy viendo, amiga’. Eleonora Wexler era, que me dijo: ‘Me gustó'. ‘¡Sí, a mí también me gustó! Voy a salir con él’, le contesté. Y después de ahí le dije a él: ‘Bueno, salgamos, pero hoy no, mañana’. Es que me tenía que arreglar”, terminó Carla, muerta de risa.