El chiste, viejo y gastado pero aún efectivo, describe al matrimonio como el final de las alegrías y el comienzo de las desventuras de una pareja. Pocos segundos después de dar el sí y convertirse en el esposo de María Zafic, el abogado Matías Morla empezó a comprobarlo: una pregunta que le hicieron mientras daba una rueda de prensa lo hizo enfurecer y abandonar el contacto con la prensa.
Morla, quien se hizo famoso como último abogado, amigo y manager de Diego Armando Maradona, eligió para casarse una fecha cuanto menos llamativa y para muchos muy polémica: el 28 de octubre, el día que se estrena la serie que recreará la vida del mejor jugador de todos los tiempos y cuando quedan apenas 48 horas para llegar al primer cumpleaños en el que el Pelusa no está entre nosotros. El sábado, Diego hubiera llegado a los 61 años.
Morla y Zafic, una joven y bella muchacha que pasa sus días entre la Argentina y los Estados Unidos y ha llenado sus redes sociales con declaraciones de amor al abogado, contrajeron enlace en el registro civil y luego protagonizaron una ceremonia en el Palacio Duahu, uno de los reductos más coquetos y distinguidos de la ciudad de Buenos Aires.
Gonzalo Vázquez, de Intrusos, le preguntó a la novia por la ausencia de su familia. Morla se enojó y dio por terminado el encuentro con la prensa. "Los que quiero que estén, están" alcanzó a decir ella.
El llevaba un traje oscuro, pero no es extraño verlo vestido de esa forma. Al contrario. Su función como abogado lo obliga a ir así prácticamente todos los días de su vida. Ella estaba preciosa, enfundada en un elegantísimo y distinguido trajecito blanco. Combinaban perfecto, eso sí. A María se la veía sonriente y serena. A Matías serio como si estuviera en la audiencia de un juicio.
Con la libreta roja en la mano, los dos se acercaron hasta donde estaban los periodistas, que habían sido tratados con generosidad por la gente del catering. Casi todas las preguntas las respondió Morla, riguroso en sus declaraciones como cuando habla de los entuertos judiciales en los que participa. Dentro del panorama, sus respuestas eran las que se podían esperar. Nada del otro mundo.
Pero bastó que Gonzalo Vázquez, el notero de Intrusos, le preguntara a la flamante esposa qué podía decir de la ausencia de una parte importante de su familia para que Morla cambiara de talante e intentara "tomar el toro por las astas". Antes de que su mujer pudiera meter una respuesta, dijo "Esto es una pavada" y trató de llevársela. Sin embargo, María dejó en claro que también tiene voz y voto y regresando sobre sus pasos expresó "Todos los que yo quiero que estén, están". Y ahí sí se fueron.
