Marcelo y Gullermina, Laurita y Cabré y Agustina Agazzani y Agustín Bernasconi no son los únicos. La inesperada ola de reconciliaciones que endulza a la farándula argentina salpicó también a Flor Vigna y a Nico Occhiato, quienes volvieron a estar juntos y a intentarlo tras dos años y cuatro meses separados. Super-recontra-mega confirmado como sólo Paparazzi sabe hacerlo.
Pruebas al canto: hace unos días, ya, que Florencia se queda a dormir en el departamento de Nico, en el barrio de Palermo. Ninguno nació en la zona: ella es de Flores, y él de San Justo. Cuando empezaron a trabajar en la tele y estaban de novios alquilaron una propiedad en la que se quedó él después de la ruptura. Allí pasan varias noches a la semana. Cuando rompieron, ella se mudó a unas 20 cuadras.
Un poco para hacer ejercicio en medio de la cuarentena y otro poco para pasar inadvertida, Florencia recorre los dos kilómetros pedaleando una bicicleta bastante común toda pintada de negro y con una canastita de mimbre en la parte delantera.
El otro elemento del "operativo despiste" es la indumentaria que se tira encima para cubrir el trayecto. Pantalones inmensos, buzos también gigantes (pero coloridos, algo que llama mucho la atención), bufandas cuadriculadas y guantes. Está bien que una ola polar cubrió gran parte de la Argentina esta semana, pero está claro que el objetivo de Florencia era pasar inadvertida.
El de Nico también. Por eso ideó todo un plan para que nadie los pudiera ver juntos. Florencia tiene llaves para entrar al edificio. Y para salir lo hacen por separado y por diferentes vehículos. Mientras ella se va en metiendo pata a todo vapor en la bici, él maneja su potente y poderoso auto negro.
En el último intento por evitar la mirada de algún vecino que pueda dar aviso, luego, a la prensa, la estrategia indicó en el caso de ella entrar y salir por el garage del edificio. Nunca por la puerta principal, donde hay más movimiento de gente.
Pero con la cámara callejera de Carlos González nadie puede. Y al cabo de un arduo y minucioso trabajo de investigación, Paparazzi está en condiciones de informar, sin temor a dudas, que Vigna y Occhiato transitan los primeros días de su segunda etapa como pareja.
La primera duró 4 años y terminó en abril de 2018, cuando ambos admitieron la ruptura después de todas las versiones de crisis que los habían invadido. En aquel momento, ella estaba en la explosión de su carrera y había dejado muy por detrás, en cuanto a popularidad, a Nico, a quien le llegaría el mejor momento profesional un año más tarde, cuando ganó el Bailando por un sueño en compañía de otra Florencia: Flor Jazmín Peña. Se habían conocido en Combate.
A partir de la ruptura a él no se le conocieron novias oficiales, aunque muchas veces dijo que "la estaba pasando bien y disfrutando de la soltería". Siempre habló con respeto de los años que pasó al lado de Florencia. Incluso, cuando los recordaba algunos creían ver algunos gestos de tristeza. Como si los extrañara.
Vigna sí blanqueó una relación con su coach en el Bailando Matías "Mati" Napp, pero no duraron mucho. Si bien los dos se declararon intensos, a él le dio vueltas todo el tiempo en la cabeza que ella todavía estaba "enganchada" con Occhiato, una sombra que lo persiguió mientras duró el romance. Incluso, se lo reconoció a Tinelli en alguna de las emisiones del Bailando por un sueño.
Hace unos días se escucharon los primeros rumores de reconciliación, disparados por una serie de fotos donde a ella se la veía usando un buzo que antes había utilizado él. Ahora ya se sabe: están juntos de nuevo, se pongan la pilcha que quieran.