De la primera icardiada que se habló en el espectáculo y que fue un verdadero escándalo fue el triángulo amoroso entre Guillermina Valdés, Marcelo Tinelli y Sebastián Ortega. Cuando Guillermina terminó su relación con Sebastián, después de un largo matrimonio e hijos en común, y comenzó a salir con Marcelo se habló de las intimidades del triángulo. Y se consideró “traición” porque que el conductor y el productor teatral eran amigos.
Y durante mucho tiempo se creyó que esa era una “verdad absoluta” y se especuló mucho por con los pormenores del distanciamiento entre Tinelli, que fue quien puso el dinero para hacer la recordada ficción Los Roldán y Ortega, que la produjo.
Sin filtro, Valdés rompió el silencio sobre un tema que acumuló horas y horas de intriga. “No eran amigos y habían sido muy buenos compañeros de trabajo, pero yo jamás viví una amistad entre ellos”, aseguró.
“Marcelo no venía a comer a casa o a los cumpleaños. Se armó una novela de la nada y lo que me pesó fue esa novela", aclaró Guillermina a La Nación, dando detalles que avalen lo que dice, después de enfrentar la pregunta de si se quiere casar con el dirigente deportivo.
“Cuando comencé a salir con Marcelo, yo era una mujer divorciada y mi ex pareja ya estaba en pareja, fue rarísimo lo que vino después”, reflexionó Valdés. “Sin dudas, era más machista la sociedad hace diez años", finalizó Guillermina, dando por cerrado el tema que quedó en el inconsciente colectivo durante un largo período… incluso, hasta el día de hoy, después de superar una crisis que la distanció de Tinelli.
Claro, el término icardear surgió tiempo después y no fue un “mote” en el momento que surgió este conflicto sino después… Fue cuando Wanda Nara se separó de Maxi López y se fue con Mauro Icardi, quienes si eran amigos de los que compartían el vestuario, la cancha y reuniones personajes, incluso, en la casa familiar de la empresaria de cosmética.
