Lo aclararon desde el minuto uno de la ruptura. Apenas terminaron de aceptar que "sí, estamos separados", Sabrina Rojas y Luciano Castro aseguraron que "fue en buenos términos. No funcionó como pareja pero seguimos siendo familia". Y aunque sonó a frase hecha y a lugar común, una serie de fotos que dan cuenta del primer encuentro post distanciamiento le estarían dando la razón a aquella fórmula.
Sabrina y Luciano se habían dado una segunda oportunidad después de que el "mega escándalo" de las fotos hot de él los había puesto en las puertas del abismo. Con un puñado de semanas de diferencia fueron a la tele para contar que estaban sumergidos en una crisis xxl, primero, y después para gritarle al mundo que estaban dispuestos a pelear por el amor que descubrieron trabajando juntos y aún cuando tenían otras pareja.
Pero evidentemente la cosa no anduvo, y hace menos de un mes sorprendieron confirmando la primicia de Angel de Brito. "Sí, es verdad, estamos separados. No funcionamos como pareja pero seguimos siendo familia y nuestro vínculo seguirá siendo bueno" le contó ella al conductor de LAM. En los medios hubo un terremoto varios grados mayor al que sacudió, aparentemente, la vida de ellos mismos.
Con Castro bastante silencioso y a resguardo de escándalos mediáticos, la que volvió a "hablar" fue Sabrina. En realidad, lo que hizo fue subir a sus historias de Instagram una serie de fotos que dan cuenta de que, efectivamente, lo que abunda entre ellos es buena onda y complicidad. En las imágenes se puede observar a Luciano siendo un padre "pata" con su nena, Esperanza, y despertando "los celos" del otro hijo que tiene con la actriz, Fausto.
"Secretos" tituló Sabrina la foto donde se ve a Castro escuchando cómo su nena le habla al oído. El actor lleva puestos anteojos y tiene el pelo bastante crecido y un poco revuelto, además de lucir su clásica barba de algunas semanas. En la segunda, a la que llamó "Descubiertos", se observa al nene entrando a la escena con "carita de enojado", mientras padre e hija -sobre todo ella- se matan de la risa.
En la última, la cara pícara de Castro se complementa con el berrinche de Fausto. Sabrina, una buena titulera al fin y al cabo, tampoco tuvo dudas: "Y el celoso indignado" le puso como si fuera el zócalo de la tele. La frase sonó poco creíble en aquel momento, pero una imagen vale más que mil palabras para dar por tierra con las especulaciones: "No funcionamos como pareja pero seguiremos siendo una familia". Mejor así.