Desde sus primeros programas en 1959, en el viejo Canal 7, Silvio Soldán se convirtió en un hombre fundamental de la historia de la televisión argentina. Conductor de ciclos inolvidables como Feliz Domingo y Grandes Valores y creador de latiguillos como “la cinta Gonzalito” y “sin repetir y sin soplar”, con 89 años sigue mostrando su oficio y carisma. Lo volvió a demostrar como invitado en Las noches de Jey.
Luego de una cálida bienvenida, Jey quiso saber si era verdad que una fan una vez lo persiguió con un arma y casi lo mata. Soldán aseguró que sí pero minimizó el hecho: “Me pasaron tantas cosas. Guillermito Fernández me decía ‘vos no viviste una vida, viviste cuatro”.
De los episodios que vivió recordó la vez que un custodio de un político “se enojó por las cosas que decíamos con Gambini en la radio, vino a buscarnos, abrió su saco y tenía un pistolón. En esta época eso no se ve pero en la mía -hace cincuenta años atrás- pasaban muchas cosas”.
Otro episodio insólito lo vivió “con una mujer que vivía en José C. Paz y todos los años me escribía cartas para decirme que estaba embarazada de mí y me iba relatando cómo iba viviendo el embarazo hasta que el bebé nacía. Y al año siguiente se embarazaba de nuevo”. Jey preguntó si alguna vez apareció con los supuestos hijos y Soldán respondió que no aunque relató que “una vez vino una mujer con una nena y dijo que era mi hija”.
“Yo hacía un programa muy importante que se llamaba Matinata por radio El Mundo y una mujer me escribía cartas casi todos los días. Yo anunciaba el título de un tango por ejemplo ‘El día que me quieras’ y ella me escribía ‘ay mi amor te quiero tanto’. Al otro día pasaba el tango ‘Loca’ pero por D’Arienzo y ella me insultaba ‘¿por qué me decís loca?’. Un día me amaba, al otro día me insultaba", explicó.
"Me hizo tantos escándalos y como cada vez se ponía más feo el asunto tuve que ir a la comisaría que quedaba a la vuelta de la radio. Hice la denuncia, el comisario la mandó a buscar. Ella vino con el marido que era transportista. Y no sé qué habrá pasado pero desde ese día nunca más me llamó”, sumó.
No todas las históricas con fanáticas terminaron mal: “Mi pareja actual es una divina total. Una fanática que me seguía a donde yo iba. Lo hizo mucho tiempo, yo tenía otras parejas. Hice mi vida y ella siempre detrás mío. Ahora debe estar mirando el programa. Se llama Susana pero le digo Chiqui porque es chiquitita”.
Como hacer en el programa, pasaron un pequeño clip con los momentos más icónicos en la vida de Soldán. Así se pudo ver al conductor en ciclos que marcaron la televisión. Soldán recordó que a Grandes Valores solían ir como invitados figuras como Astor Piazzolla y Jorge Luis Borges.
Recordó la vez que le recitó a Borges el poema El ciego: “Como yo tengo problemas en la vista me dije ‘lo voy a sorprender con su soneto’. Él no veía, estaba en la mesa apoyado en su bastó. Cuando termino me pregunta ‘¿esto es suyo? Le digo ‘no maestro, este hermoso soneto es suyo’ y me dice ‘ay caramba, caramba, lo ha dicho usted también que no parece mío”.
De ese vínculo con el escritor afirmó que ‘Borges me daba la contra en todo, se divertía conmigo, pero yo me la tenía que bancar. ¿Qué le podía decir?”.
De los 61 días que pasó en la cárcel aseguró que fue por “un error de la Justicia o sea una injusticia”. Recordó que al llegar a prisión uno de los internos le regaló una camiseta de Boca pero le pidió que jamás dijera su nombre “porque es uno de los nietos de uno de los mayores compositores de tango que tuvo el país. Me pidió que nunca dijera su nombre o el de su abuelo para no manchar su historia”.
“Cuando llegué yo no llevaba nada, solo un jean y una camisa y él me dio la camiseta. Además me dio una sábana de Boca y su cama. Yo pensé que quizá quería compartir la cama conmigo pero me aclaró que él se armaba otra en un rincón”, rememoró.
Y siguió: “Era un día que hacía tantísimo calor. Estaba cercado con alambre de púa. Primero fui a un lugar que me revisaron y cuando voy caminando al lugar que me había asignado para vivir veo a todos los tipos musculosos y yo pensaba en las películas de Estados Unidos y me decía ‘qué será de mí acá’”
Soldán comenzó a caminar más lento para no llegar al pabellón. “Yo no me quería apurar pensando en las películas, pero la realidad es totalmente distinta, por lo menos ahí.”. Apenas ingresó al lugar donde se quedaría “uno de ellos se levantó y me dijo ‘bienvenido, Silvio, si es posible ser bienvenido en un lugar como este’ Ahí se aflojaron todos, vinieron y me saludaron con mucho afecto, con mucho respeto”.
Según su relato “nunca fui nada importante para ellos, no me dieron un valor como tipo popular, en absoluto nada”. Recordó que el lugar era “muy muy grande con 20 o 30 camas de este lado y otras 30 del otro lado y en el medio donde comen que sería la ranchada. Estuve 61 días y medio porque los conté todos. No como hacen los presos en las películas, haciendo Las rayitas pero si los conté mentalmente.”