“Me cansé de las zapatillas. Ahora me gustan el traje y los zapatos”. Corrían los finales de 2016 cuando Julieta Ortega (47) anunciaba públicamente un radical cambio en su paladar femenino. Su relación con Iván Noble ya había caducado y la actriz comunicaba su intención de mutar a la hora de comenzar una nueva relación. Así fue que días más tarde terminó de confirmar en los hechos un cambio que finalmente la depositó en los brazos de Esteban Eskenazi, un empresario 13 años mayor y, obviamente, distinto en todo sentido al ex líder de Los Caballeros de la Quema.
Se iniciaba entonces para la hija mayor de Palito un ciclo diferente, donde la solemnidad estética relegaba por completo a las botitas de lona y a las camperas de jean que tanto la atrajeron cuando se enamoró del papá de Benito, el varón que tuvo con el músico. Previsiblemente, este contexto provocó un giro radical en la cotidianidad de Julieta, quien dejó de frecuentar los lugares de siempre y fue poniendo un pie en sitios más solemnes, sin tantas latas de cerveza y con más champagne.
Así, en medio de un terreno poco habitual para su esencia, Julieta se la bancó bastante bien. Salió con Esteban algo más de dos años, pues en octubre de 2018 el vínculo se quebró. Habían sufrido un par de distanciamientos exprés a mitad de camino, pero ese adiós fue definitivo y no tuvo vuelta atrás. Desde entonces, la morocha transitó la soltería con la idea de tomarse un respiro y aguardar pacientemente el desembarco de un nuevo amor, que a juzgar por sus palabras, mínimamente, debía reunir características similares a su ex para respetar su estereotipo del “traje y zapatos”.
Sin embargo, quedó claro, una vez más, que el corazón desconoce imposiciones. Nada garantiza encontrar el modelo buscado cuando sus pulsaciones aumentan y sus latidos adquieren otro ritmo. Las fotos que Julieta subió recientemente a las redes sociales, confirmando su romance con Camilo Vaca Narvaja, lo corroboran. El ex yerno de Cristina Fernández prácticamente no guarda ninguna semejanza no solamente con Eskenazi, pues tampoco registra similitudes con Iván Noble.
Ex de Florencia Kirchner y de procedencia familiar de ADN político, este “docente, peronista e hincha de All Boys”, tal como se define en su cuenta de Twitter, es dueño de un perfil totalmente distinto a los dos hombres que la actriz más amó en el aspecto conyugal. Tanto Julieta como Camilo eligieron la letra de la misma canción para darle un marco más protocolar a la historia que acaban de presentar en sociedad.
“Cuando me llamó, allá fui. Cuando me di cuenta, estaba ahí. Cuando te encontré, me perdí. En cuanto te vi, me enamoré”, es un tramo del tema que compuso Pedro Aznar, el preferido por los novios para acompañar una foto que “blanquea” algo que venían viviendo lejos de la exposición. A Julieta nuevamente las mariposas le vuelan por la panza. Sin “zapatos ni traje”, pero con las alas bien abiertas.
