Si bien la relación de poco más de un año se había oficializado el 7 de agosto cuando pasaron por el registro civil, y continuaron celebrando la unión en la disco Tequila sólo con allegados, el conductor y la cocinera aguardaban por la segunda parte. Tras dos meses de espera, finalmente llegó el día de la bendición de anillos y la gran fiesta. Entonces, Joaquín Alvarez (36) y Estefanía Russo (32) tuvieron una hermosa boda, primero al aire libre y luego en un salón para trescientos invitados en La Herencia, de Pilar.
A medida que el sol caía y el reloj marcaba las 19 horas, los invitados iban llegando al lugar donde no sólo ya estaba el novio, sino que también lo asistía Claudia Villafañe, la wedding planner de la fiesta, que estuvo siempre atenta a cada detalle. Entre los presentes se encontraban amigos y colegas del Pollo, como Paula Chaves y Pedro Alfonso, Fede Hoppe y Macarena Rinaldi, Nico Occhiato, Luli Fernández, Matías Alé, Darío Lopilato, Nequi Galotti, Martín Baclini, Martín Souto, Agustina Kämpfer y Mariana Brey.
Una vez que la mayoría de la gente ya estaba ubicada en el parque del predio, el novio se acomodó frente al altar para esperar a su esposa, quien, blanca y radiante, luciendo un vestido simple pero elegante, ingresó acompañada por su hija. Así, como indica el ritual, los novios intercambiaron anillos y se dedicaron tiernas palabras de amor.
“No hubo un cura, ni iglesia. Hubo una ceremonia que la ofició el padre del Pollo, el Bocha, ahí en el mismo lugar, que casualmente es donde se casó Dalma Maradona”, detalla Santiago Zeyen, notero de Nosotros a la mañana que acompañó a su compañero de trabajo en la noche tan especial.
Luego de besar a la novia, y de retirarse del lugar para saludar a los invitados y hablar con la prensa, el conductor expresó: “Más feliz no puedo estar. En ella encontré una tremenda mujer. Yo amo la familia, amo todo el concepto de familia, y la veo con su hija y me enamora. Es muy simple, me cuida mucho. Ella es todo lo que está bien. Me llena por todos lados y me hace mejor persona”.
Por su parte, la ahora señora de Alvarez también hizo declaraciones: “Me sorprendió cuando lo conocí, de verdad. Al principio me parecía un goma, pero después, cuando me animé a conocerlo de verdad, encontré un hombre increíble. El desde el día uno me dijo: ‘Lamento decirte que nos vamos a poner de novios, nos vamos a terminar casando’. Y yo le respondí: ‘No, estás loco’”.
Entretelones...
Ya con las alianzas en la mano, y tras una recepción que duró una hora, la pareja ingresó al salón para cenar junto con los invitados un menú bastante especial: milanesas con puré. ¿El postre? ¡Un clásico! Banana con dulce de leche y crema. “No hubo tandas durante la noche. Una vez que se terminó de comer, vino el baile sin parar donde en un momento tocaron Los Totora. Alrededor de las 3 de la mañana comenzó a irse la gente hasta las 4, que se terminó la fiesta”, describe uno de los invitados.
Sin dudas, la elección de los novios fue un evento relajado, sin estructuras ni mucho despliegue. Donde, lejos de varios cambios de vestuario durante la velada, Tefi se dejó el vestido largo, pero se sacó los tacos para ponerse zapatillas.
Escapada romántica...
Según la tradición, en un casamiento hay civil, iglesia, noche de bodas… y luna de miel. Sin embargo, Joaco y Tefi van a postergar el viaje, ya que ambos tienen compromisos laborales que respetar. Y… ¿cuál podría ser el paso siguiente? ¿Llamar a la cigüeña? Una pregunta que no se pasó por alto y que los recién casados supieron responder. “Pitty (la Numeróloga) dijo que iba a venir rápido. Me gustaría que la pifie un poco, con el perdón de su profesión. Quiero esperar un rato, queremos disfrutar más, la pasamos muy bien juntos. Yo quiero estar completamente con ganas, porque es volver a arrancar”, contaba la cocinera, famosa por sus recetas desde su cuenta Inutilísima, quien ya tiene una hija de una relación anterior.
Además, en ese marco de revelar intimidades de la pareja, el conductor de El Trece detalló: “Nosotros convivíamos en dos casas, en distintos lugares, y ahora finalmente nos mudamos a una sola casa. Estamos con la Mimi, que es la hija de Tefi, y por ahora está todo perfecto, estamos diez puntos, por suerte. Bueno, nos acabamos de casar”.
A lo que su flamante esposa agregó: “El es un poco desordenado, bastante desbolado, pero tengo que hacer una autocrítica: yo soy una petisa cabrona y ordenada. Y lo que intento ver, más allá de su desorden, es que él hace un esfuerzo muy grande por tener una linda convivencia. Yo sé que le cuesta lavar los platos, ordenar, hacer la cama, pero hace un esfuerzo y me parece que está en ver un poquito más el esfuerzo y no las debilidades del otro”.
Dicen que no hay fórmulas ni recetas mágicas, pero Joaquín y Estefanía supieron encontrar los ingredientes necesarios para amarse, elegirse y formar una familia. ¡Qué vivan los novios!