La semana pasada terminó con rumores. Con un montón de versiones de crisis entre Federico Bal y Sofìa Aldrey. Esta semana empezó con una confirmación: ella admitió no sólo que había diferencias en la pareja, sino que estaban separados definitivamente.
Poco después, el que habló fue Bal. En un contacto con el portal Teleshow, el actor reafirmó las palabras de su ahora ex pareja y contó cuál era su estado anímico después de que se volviera realidad aquello que se estaba cuchicheando. "Estoy triste y angustiado" admitió el hijo de Carmen Barbieri.
"No quiero hablar del tema mucho más de lo que ya se dijo. Pero es verdad, estamos separados. Los dos consideramos que era la mejor decisión. Y nada más, que la vida sigue. Ahora estoy muy triste y muy angustiado" manifestó el actual "comodín" de Masterchef Celebrity: junto a Dolli Irigoyen estará a cargo de un programa que será una especie de repechaje para los participantes que sean eliminados.
La semana pasada, Bal había brindado una entrevista radial en la que dio a entender que la pareja seguía viento en popa a pesar de que vivían en casas separadas. En realidad, lo que estaba pasando era una cosa muy distinta: la distancia se había instalado de manera irreparable.
Pocas horas después, el periodista Pampito Perelló Aciar "tiró la primera piedra" de la verdad en una especie de "preguntas y respuestas" que mantuvo con sus seguidores de Instagram. Uno de ellos le preguntó si Fede había engañado a Sofía, a lo que contestó "a mi me dicen que están separados". A las pocas horas se supo que era cierto.
En realidad, los rumores de crisis vienen de arrastre. Más precisamente, de cuando Fede participaba en el realitie de cocina y se filtraron audios que le mandó al Polaco para invitarlo a una "fiesta" que daba en su casa. "El agua de la pileta hierve, va a estar lleno de mujeres. Por las fotos no te hagas problemas porque nada va a trascender" le contaba en un tono ciertamente picaresco.
Efectivamente, nunca se vieron fotos de aquella velada efervescente. Pero sí trascendieron los audios. Y al poco tiempo sobrevino la ruptura. Uno más uno, dos...