Con su voz única e incomparable, la inolvidable Rafaela Carrá cantaba que para enamorarse bien hay que venir al sur. Bueno, Marina Calabró y Rolando Barbano no le llevaron el apunte a esa canción y se fueron a escribir "su propia melodía" a Brasil. Nada de nieve, frío o humedad. Playa, sol, mar y un par de cuerpos -los suyos- ardientes y fervorosos para sellar su reconciliación. Sale el mate, entra la caipirinha. Se van los abrigos, ingresan la bikini y el shortcito. Chau a los borcegos, hola a las ojotas. Y...así cualquiera.
Hace un par de meses, cuando se entregaron los Martín Fierro de radio, la relación parecía definitivamente terminada. Ella lloró por el desengaño que le causó el desaire de él -Marina le dedicó su premio, Barbano ni la nombró cuando recibió el suyo- y hasta decidió alejarse del programa de radio que compartían, el ciclo de Jorge Lanata que parece haber entrado en un limbo por la larga internación de su conductor.
Parecía tan firme y tan concreta esa distancia que hasta Iliana Calabró, la siempre verborrágica hermana de Marina, dijo algo así como que "ahora la veo mejor, por suerte tomó la decisión correcta". Pero cuando todo el mundo daba por cancelada cualquier chance de regreso, lo que nadie imaginaba sucedió. El auto de Marina fue descubierto de casualidad en el edificio donde vive Rolando, los "investigadores" ataron cabos y llegaron a la conclusión de que estaban volviendo.
Aquello que se daba por seguro pero solo eran rumores se confirmó en las últimas horas con un viaje a Brasil en donde, como se dice desde que el tiempo es tiempo, "dieron rienda suelta" a su pasión desenfrenada. Creían estar a salvo de las miradas indiscretas o los celulares dispuestos a registrar cualquier momento interesante, pero no: alguien apretó el botoncito y los retrató dándose un terrible beso.
MARINA CALABRO Y ROLANDO BARBANO, SUPER ENAMORADOS EN BRASIL
Obviamente, las redes sociales dieron su veredicto. Y si bien algunos bromearon con la situación y hasta hicieron memes con la imagen, hubo una gran mayoría que coincidió en señalar que "el físico sin "ravioles" ni un exagerado trabajo de gimnasio" de Barbano es lo que prefieren, en líneas generales y en una conclusión medio apurada, muchas mujeres y de todas las edades.
Para muchos anónimos pero también para un montón de periodistas que analizaron la secuencia, lo que une a la pareja es la magnífica intimidad que disrutan sin pudores ni prejuicios de ningún tipo. Una de las defensoras de la teoría es nada más y nada menos que Yanina Latorre, quien tenía una relación muy cercana y muy estrecha con Marina pero después del Martín Fierro la perdió. ¿Y Rafaella que hubiera cantado con tantas idas y vueltas? "Me explota me explota me expló, explota-explota mi corazón".