La historia de amor de Oscar Gómez Castañón y Silvana Del Valle es para alquilar balcones. Más en estas épocas de pandemia donde salir y arriesgarse no es tan aconsejable. A los 64 años, el conductor conoció a la joven profesora de ingles -de 36- a través de las redes sociales. Y a pesar de la diferencia de edad (28 años) y de la distancia (cuando empezaron a hablar él estaba en Buenos Aires y ella en Corrientes) se animaron: cuatro meses después de chatear por primera vez ya vivían juntos.
"Se dio así y estamos muy bien. Ella ya conoce a mis hijos y yo a sus padres" le contó el Cholo a Fernanda Iglesias, que lo entrevistó para el diario La Nación. Gómez Castañón tiene tres herederos, que tomaron de muy buena manera la historia de su papá: para ellos, lo que cuenta es verlo bien, animado, con proyectos.
"Lo veo así: con Silvina no somos novios. Ya somos como una familia" se animó a arriesgar él a pesar de que llevan poco tiempo juntos. Evidentemente está muy enamorado y disfrutando como un adolescente las mieles y las mariposas en el estómago de los primeros tiempos de una relación.
Nadie sabe qué les deparará el futuro, pero salta a simple vista que el presente los encuentra súper enganchados. Tanto Gómez Castañón como Silvana inundaron sus cuentas de Instagram con fotos de los dos juntos en distintas circunstancias. Al fin y al cabo, se conocieron también por la vía virtual y cuando hay sentimientos tan fuertes es mejor mostrarlos antes que esconderlos.
Lo de "amor adolescente" no está dicho al pasar. El Cholo y la morocha -que es madre de 2 hijos, es profe de inglés y corre maratones- empezaron su relación como la inician los pibes hoy día. Primero, él publicó una foto en su instagram y ella le dio like. El la "stalkeó" y la empezó a seguir, algo que ella ya hacía con Gómez Castañón. Al poco tiempo, Silvana cumplió años y lo escribió en Insta. El le puso un mensaje y ella le dio "me gusta".
Fue la puerta que se abrió, la rendija por la que el Cholo vio un haz de luz para "mandarse con todo". Le encvió un audio por privado. Lo que siguió fue un intercambio de números de teléfono y un ida y vuelta por Whatsapp que se hizo repetido y cada vez más intenso. A pesar de la pandemia y las restricciones para movilizarse, el sentimiento y el deseo de verse en persona fue más fuerte.
"Estábamos en plena cuarentena y a mi me había dado por el encierro. Estaba solo, muy solo, pero en vez de balearme en un rincón me puse a mirar qué pasaba alrededor, con el universo, y por suerte me crucé con ella" le contó él, chocho de la vida, a La Nación.
Fueron cuatro meses de intercambios plenos y continuos. Hasta que decidieron dar otro paso clave: vivir juntos. Ella dejó sus trabajos como docente y se vino para acá. Conviven en la amplia casa de él. En poco tiempo vendrá una hija de ella de 12 años, y hasta hablan de los planes que tienen juntos.
Incluso, de tener un hijo. “Ella quiere y yo también. A la edad de Silvana es normal querer y yo soy como Peter Pan: no tengo ni pasado, ni presente, ni futuro, ni nada. Los demás me ven viejo, yo me veo siempre igual, desde que tenía 15” cerró el Cholo.