Ni siquiera la infidelidad que pudieron sortear con esfuerzos titánicos, terapia, tiempo y paciencia supuso "tanto riesgo" para Miriam Lanzoni y Cristian Hallbinger como las actividades que desarrollan en sus vacaciones en Brasil. Son muchísimo más peligrosas que un cuerno. Todas.
Autos areneros lanzados a gran velocidad, viajes por el aire que terminan en el agua, almuerzos en sillas que están adentro del mar o deslizamientos sobre la arena en impresionantes pendientes playeras son apenas algunas de las "aventuras de alto volataje" a los que la actriz y el empresario se entregan bajo el sol. Y todo complementado con extravagantes looks que despiertan miradas por todos lados.
Lanzoni y Hallbinger son llamativos de por sí. Un poco por la altura, pero sobre todo por sus físicos trabajados al máximo, nunca pasan inadvertidos. El es considerado un "monumento" al lomazo y recibe decenas de mensajes en las redes sociales "interesados" en su situación sentimental. Ella también, cuidado. Pero como es famosa no llama tanto la atención.
Miriam y su muchacho anduvieron por Jericoacoara, Rancho do pexie, Guriu, todos lugares que tienen el encanto y el sabor de las playas brasileñas. Vegetación, aguas mayormente cálidas y calmas, música, alegría, color. En fin, lo que para nosotros es el paraíso.
Allí participaron en todo tipo de eventos un tanto extremos. Por ejemplo, a bordo de un vehículo preparado para rendir más en terrenos "duros" apretaron el acelerador y fueron a fondo sobre una "sabana" de arena. Una especie de "Dakar" pero a la brasileña.
Después, se tiraron como en una "tirolesa" que arranca en las alturas y va bajando -a medida que lo hace también gana velocidad- en el agua: el impacto con el mar es fuertísimo. En los dos casos, ninguno de los dos muestra temor ni vacilación. Decididos, festejan con gritos y alaridos cada "paso" que dan. Como un gol en el último minuto.
Desde una altura semejante a tres o cuatro pisos se arrojaron dando vueltas desde la arena. Tampoco se asustaron ni se quedaron quietos. Para comer, fueron a un muy particular restaurante cuyas mesas "ingresan" en el agua. Aparecen sentados con las piernas en el mar y el resto del cuerpo afuera.
Pero todo eso no fue lo más llamativo. Y no: lo más curioso de todo fue la pilcha que se tiraron encima, sobre todo cuando salieron de noche. De día, para ir a la playa, short para él y enteriza o bikini para ella. Nada del otro mundo. Pero cuando caía el sol, agarrate...
Es muy difícil clasificar los atuends sin ser un especialista en ropa o un modisto hecho y derecho. El parece salido del antiguo Egipto. O de una dimensión desconocida. Porque tiene puesto algo que parece una túnica de la cintura para abajo y como si fuera un chaleco multicolor en la parte superior del tronco. Y ella no se queda atrás eh...
Lo importante es divertirse. Total, por cuatro días locos...