Alguna vez fue virgen. La virgen más venerada de la farándula argentina. Una confesión a Paparazzi y una tapa posterior -cuándo no- fueron "su primera vez", el primer terremoto de fama de su carrera. El resto es historia: pasaron muchos años y muchos hombres desde entonces, y Wanda Nara, tiempo al tiempo, muchacho a muchacho, se consagró como la mujer más mediática del país y barrios aledaños. Sin dudas.
Las preguntas persisten todavía: ¿Estuvo Wanda con Diego Armando Maradona? ¿Por qué apareció con su slip entre las manos aquella agobiante jornada marplatense? ¿Pasó algo de verdad o fue un paso de comedia de aquella muchacha que quería hacerse conocida? ¿Qué tuvo que ver Jorge Rial en toda esa movida, fue el que la armó, el que tuvo la idea? Un sinfín de dudas con una única certeza: desde ese momento, Wanda Nara se instaló entre el público para no irse nunca más.
El primer marido de Wanda Nara fue, todos lo sabemos, Maxi López. Dieron el sí, se fueron a vivir afuera y construyeron una familia. Fue su primer esposo, pero no su primer hombre. Antes tuvo unos cuantos novios, muchos de los cuales no salieron a la luz ni fueron historias conocidas. A tono con una película muy popular por aquellos años, podría decirse que sus primeros tiempos como famosa fueron épocas de "sexo, mentiras y video". Cualquier duda con la referencia, Google puede ayudar.
Pocos lo saben, pero Alvaro "Waldo" Navia, actual pareja de Vanina Escudero, fue uno de los noviecitos que tuvo la rubia en esos momentos de notas a rolete y declaraciones de todo tipo. Chiste va chiste viene empezaron a salir. El final se dio entre lágrimas que pudo enjuagar en otros brazos de gente vinculada a muchachas explosivas y famosas: Rodrigo Fernández Prieto, magnate de Puerto Madero, ex de Jésica Cirio, de Pamela David y luego marido legal de Floppy Tesouro, la enamoró en un abrir y cerrar de ojos. Wanda ya demostraba que no pestañeaba si alguien le gustaba.
Pobre Maxi López, pero el tampoco protagonizó el primer paso de Wanda por el equipo de las botineras. La modelo debutó allí cuando salió con el Ogro Fabbiani, hoy un tanto olvidado pero en ese tiempo "el jugador de moda" cuando pasó de Newells a River. La gente iba con caretas de Shrek para verlo, y Wanda conoció aquel "monstruo" como nadie. O igual que muchas, porque el tipo era un Don Juan de aquellos. Alejo Clerici, manager de jugadores y en su momento gran amigo de Diego Maradona, también ronroneó alrededor de su cuerpo y la acercó al mundo de la número cinco.
EL ARBOL GENEALOGICO DEL AMOR DE WANDA NARA
Después Maxi jugó de titular, y hasta que Mauro Icardi entró en la cancha (guarda, no confundir letras) parecían un matrimonio feliz y sólido. Pero no: un día a él se le ocurrió llevar a la casa a su compañero de equipo y fue la peor decisión que podría haber tomado. Ese dolor de cabeza no eran migrañas, Maxi. No tenemos nada contra vos, pero ya debes saberlo. Cuando Mauro faltaba a los entrenamientos no era que se había quedado dormido. ¡Estaba más despierto que nunca!
Wanda pateó el tablero al lado de Icardi: dejó a su marido, se peleó con el padre y enfrentó al mundo jugada por amor. Un día conquistó Italia. Otro, Francia. En Argentina nunca perdió aceptación, mucho más cuando se conocieron datos escabrosos de su relación anterior. Al lado de Mauro conoció el cielo, las estrellas, los cinco continentes y cuando parecía que no le quedaban países ni territorios por ganar, perdió en la China. Y bueno... no se iba a ir invicta del juego del amor. Se vengó con L-Gante, y todos los involucrados tuvieron tantas novias, novios, cuñados y cuñadas que acá, como en la cumbia, también entrarían 420 personas.