La noche del jueves en Bake Off no comenzó de la mejor manera para los pasteleros que se baten a duelo un lugar en la final, ya que además de tener que realizar un reto sorpresa, recibieron la noticia de que será la última noche en la que todos puedan permanecer dentro del concurso.
Y es que a partir de la semana entrante, cada participante que no logre cumplir con las expectativas de la jornada abandonará la carpa y así será como día tras día habrá un concursante menos dentro del reality que se emite por la pantalla chica de Telefé.
Pero concentrados en la consigna de la gala, la cual constaba en preparar un postre y un pre-postre inspirado en un menú de pasos como los que se suelen brindar en los locales gastronómicos más importantes, los cocineros comenzaron concentrados, pero minutos después empezaron a las corridas ya que no llegaban a terminar sus ideas y jugaban contra el reloj.
Fue en ese entonces cuando el exigente jurado decidió acercarse a las diversas islas de cocina para darle algunos tips a los participantes y para conocer qué iban a preparar, pero Damián Betular tomó por sorpresa a Ximena Alfaro al increparla y preguntarle de una manera “más light” si era verdad que había tenido un romance con Gino Minnucci, el último eliminado.
Burlándose de su remera, la cual era de mangas abiertas que dejaban ver sus brazos, el chef le apuntó: “¿Alguien te agarró fuerte y te arrancó la manga? ¿Lo hicieron cuando te chaparon? ¿Y ya te chamuyaste a alguien de acá o todavía no?”
Entre risas nerviosas, Xime prefirió mantenerse callada y le retrucó: “No puedo hablar de mi vida privada. No tengo nada qué decir”. No obstante, Betular volvió al ataque y le explicó que a él "le llegaban mensajes del exterior”: “De alguien que se fue, ay, no quiero decir nada porque me pongo colorado yo”.
Y tras explicar cómo iba a ser su preparación, Pamela Villar se sumó a los chistes y le consultó: “Pará, entre masita y masita… ¿Con Gino, no?”. Y fue en ese momento cuando, pícara y dejando la puerta abierta, Ximena confirmó su romance: “Y… uno nunca sabe”.