Aunque en general es un tipo copado y muy dispuesto a la hora de dar notas y brindar testimonios, nos vemos obligados a decirlo: Esteban Lamothe debe tener algo en contra de los periodistas gráficos. El galán siempre se busca novias con los apellidos más difíciles de escribir prácticamente de todo el mundo. Primero se relacionó con Julieta Zylberberg.
Divina ella, gran actriz, pero con un apellido que es un trabalenguas que siempre genera dudas, confusiones y problemas a la hora de volcarlo a un texto. Separado de la madre de su hijo, el actor entabló una relación con Katia… ¡Szechtman! Simpática a más no poder, risueña, fresca…. pero con un apellido que es otro intríngulis casi insalvable.
Obviamente, Lamothe no le presta demasiada atención a nuestro embrollo y disfruta del buen momento que atraviesa junto a su chica. Divertidos, siempre sonrientes, se los considera una de las parejas más sólidas y prometedoras del ambiente. Tanto que ya se escuchan rumores de que van a dar un paso más.
Simple y sencillamente sé que no descartan pasar por algún registro civil para dar el sí. Ellos mantienen un prudente silencio, sin confirmar ni desmentir nada de lo que se dice. No cerraron ninguna puerta. Lógico: él acaba de estrenar la serie Puerta 7, una de las apuestas de Netflix en este comienzo de año.
Donde habló él, largo y tendido, fue en Futurock. Lo entrevistaron Male Pichot y Señorita Bimbo, nada más y nada menos. Allí, Lamothe admitió que “bebé” es la palabra que le cae más simpática, que “esperar”, “AFIP” y “trámite” son las que menos le gustan, que si un día pudiera ser una mujer del ambiente elegiría convertirse en “Ayelén Paleo, por su impunidad y su delirio”, que “comer y coger” son las actividades que le reportan más placer, que odia “a los vigilantes y a los chupamedias” y que se arrepiente de haber empezado la carrera de nutrición porque fue una pérdida de tiempo. Y que si su miembro fuera un famoso “sería Juan Domingo Perón”. ¡Viva!