Marisa Brel, reconocida periodista e histórica panelista del ciclo Gran Hermano, apuesta nuevamente al amor. Así lo ha dejado demostrado a partir de una serie de posteos en el que se la nota encantada, feliz de esta nueva oportunidad que se da en la vida y acompañada por su flamante pareja.
Y es que para Marisa sin dudas que este resulta ser un momento muy feliz dentro de su vida. No la pasó nada bien después de separarse de Carlos Evaristo, su marido durante 30 años y padre de sus dos hijos Paloma y Timoteo. Por eso, hay motivos para alegrarse.
De manera particular y como a veces sucede dentro de los tiempos contemporáneos, la periodista conoció a su nuevo novio a través de una famosa app de citas. “Nos conocimos a través de una app que se llama Inner Circle. No sabía si contarlo, pero al mismo tiempo soy una mujer que derriba tabúes y así fue toda mi vida”, dijo refiriéndose a Ernesto Mendoca, el galán que la conquistó.
Para entender de prejuicios sobre conocer a alguien a través de apps, Marisa habla de una graciosa referencia: “Siempre digo que la novela colombiana Café con aroma de mujer y el marido de Pampita nos arruinaron la vida a todas las mujeres, porque después de ver ese amor del personaje de esa novela y el romanticismo de García Moritán, las mujeres deseamos eso para nuestras vidas. Dejaron la vara muy alta”.
La panelista reflexionó sobre el tema de las apps, habiendo entrado y salido “unas veinte veces porque me arrepentía, me daba vergüenza”. “Tenía la autoestima por el piso, y decía que nunca nadie se iba a volver enamorar de mí, y que no quería terminar sola como mi mamá”, agregó.
Lo cierto es que después de algunos meses apareció Ernesto. “Me pareció buen mozo, empezamos a chatear y fue gracioso que me dijera que trabajaba en una empresa de gaseosas porque yo estoy en Fuxion, que es la versión saludable. Así que empecé a discutir”.
El flechazo existió desde el primer momento que se encontraron. “Una noche fuimos a cenar y fue amor a primera vista. Fuimos a un restaurante que está a 200 metros de mi casa, cuestión de poder huir tranquila si la pasaba mal. Charlamos un montón, nos divertimos, nos reímos. Es muy caballero, tan real, un súper papá de una nena de 12 años por quien se desvive”, recuerda Brel.
Si bien no conviven “porque ya sería demasiado”, lo cierto es que la química entre ambos resultó clave. “Coincidimos en pensamientos, sueños, creencias y nos conectamos muy bien. Fue una conexión a primera vista. Tenemos un amor muy lindo, muy sano. Enseguida quisimos que se conocieran nuestros hijos y por eso le conté también a Carlos”, cerró.
