Todas las miradas apuntan a ese escándalo, a ese episodio de extrema tensión que posicionó a Mauro Icardi como autor de un comportamiento errático, excesivo y repudiable. Las secuelas de su intromisión en el edificio de Wanda Nara todavía flotan en la atmósfera y aguardan una definición más certera.
Las posibilidades se multiplican, mientras los abogados analizan los escenarios plausibles, con la coincidencia en que el delantero retrocedió enormemente en su revinculación con sus hijas Francesca e Isabella. Por ende, el futbolista se encuentra contra la espada y la pared.
En medio de todo ese ruido mediático, con los focos en sus movimientos, Mauro acaba de recibir una noticia positiva, al menos para sus aspiraciones en toda la guerra contra Wanda. Una resolución que lo favorece y que se remite a su reciente viaje a Italia.
Hace dos semanas, Icardi contrató un oneroso vuelo privado, que estiman que le costó trescientos mil dólares, para cruzar el océano en compañía de su nueva novia, la China Suárez. El destino primario de ese traslado fue Milán, esa ciudad en la que vivió muchos años con Nara.
MAURO ICARDI CONSIGUIÓ EL DIVORCIO DE WANDA NARA POR ADULTERIO
El objetivo del atacante constó de presentarse en una audiencia en los tribunales para dirimir su divorcio legal con su ex esposa, en una demanda que activó con sus asesores legales para solicitar la separación bajo la carátula de adulterio, en alusión a supuestas infidelidades de la famosa durante la existencia del matrimonio.
Parece que los jueces italianos tomaron una determinación y fallaron a favor de Mauro. Al menos por lo que informó, recientemente, Ángel de Brito, quien en su cuenta de Twitter confirmó la estruendosa novedad: "Están divorciados Wanda Nara y Mauro Icardi. Primicia, salió el divorcio en Italia". Y añadió el dato más espinoso: "Se acreditó el adulterio".
Indudablemente se activarán ramificaciones y reacciones de la ex conductora de Bake Off, por lo que se aguarda una contraofensiva, principalmente porque suena muy singular que hayan podido comprobar relaciones extra matrimoniales, en lo que se percibe una mirada muy machista de la justicia italiana.
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