Habrá que ser cuidadoso y evitar hablar de revancha. De desquites por despecho o de broncas acumuladas que conducen a un desborde de rencor. Difícil, desde luego, intuir cuál es realmente el estado de ánimo de Pampita (42), pero creemos que, aunque no lo diga públicamente, la modelo debe estar feliz por sentir que está tapando algunas bocas.
Desde que varios se atrevieron a desentrañar intereses creados detrás de su boda con Roberto García Moritán (42), el empresario gastronómico que la llevó al altar apenas dos meses después de haberla conocido, la jurado del Súper Bailando, conociendo su personalidad, quedó con la sangre en el ojo. Impotente por no encontrar forma tangible de certificar lo errado de esas suposiciones, se aferró al paso del tiempo para poder ir demostrando, de a poco, que aquellas voces que la tildaron oportunamente de materialista actuaron también con maldad.
En silencio, aguardando que las aguas se aquietaran, Pampita fue progresando en su relación de pareja y a poco más de tres meses de haberse puesto las alianzas, la realidad indica que la evolución conyugal ha ido siempre en la dirección pensada. Los resultados están a la vista: así como es común verlo a él compartiendo diferentes momentos con los tres varones de la modelo, se comenta que tanto Milagros Brito (ex de Moritán) como sus hijos, Santino (15) y Delfina (13) se llevan muy bien con Pampita.
No hará falta ir tan lejos en el tiempo para comprobarlo, pues ya han trascendido imágenes que los han mostrado a todos juntos como señal de un ensamblamiento que de a poco se va consolidando.
Un cuadro parecido tiene lugar desde la otra vereda, pues al margen de la escasa comunicación que sostienen, Benjamín Vicuña también le habría dado un guiño de aprobación al vínculo entre Pampita y su pareja.
Para el chileno, independientemente de los rumores o de lo que ocurra en la vida conyugal de su ex, lo elemental pasa por otro lado: por el trato de Moritán con Bautista, Benicio y Beltrán, los frutos de su amor con Pampita. Imaginamos que el galán se debe informar de todo a través de sus hijos y desde su entorno aseguran que por el momento está “muy contento” por lo que le han comentado los chicos acerca del empresario.
Para el trasandino ya es hora también de ir enterrando el pasado y mirar para adelante, poniendo de relieve el crecimiento de los más chicos y evitando entrar es rispideces innecesarias. Esta mirada, como decíamos, es compartida plenamente con Pampita, quien a lo largo de las vacaciones consiguió seguir afianzando el matrimonio y fortalecer su ida y vuelta con el círculo más cercano de su marido. ¿De qué modo?
Yéndose de vacaciones en grupo, organizando una cena en salida de solteros o bien simplemente dialogando. Con el camino señalizado así, la modelo pudo ir construyendo una imagen homogénea de su familia. Y de paso va acallando a sus detractores que tanto la criticaron, la prejuzgaron y emitieron juicios de valor sin tener pruebas. Pampita estuvo de novia durante dos meses y anunció sorpresivamente su boda. Hoy, aunque no suene ético hablar de revancha, tal vez sea hora de destacar que su determinación buscó, ni más ni menos, que reglamentar un amor repentino y muy intenso.