Tres décadas y otro puchito. Treinta años y unos cuatro meses pasaron para que aquella película tan comentada en ese momento tuviera su versión, ahora, en la vida real. El 6 de septiembre de 1989, en el amanecer del primer gobierno de Carlos Menem, hubo gente que hasta se escandalizó por el estreno de Sexo, mentiras y video, la polémica cinta que estelarizaban James Spader, Laura San Giacomo y Andy Mac Dowell que adelantaba lo que sucedería mucho tiempo después.
En los albores de 2020, con los precios imbuidos en una carrera alcista tan frenética como la de esos días, los que protagonizaron una especie de secuela de aquella ficción fueron Miriam Lanzoni, como figura central; Christian Halbinger, como artista secundario, y una muchacha llamada Juliana Rojo, como actriz invitada. La cosa fue mas o menos así: Lanzoni y Halbinger eran pareja. Una de las parejas más fogosas del ambiente artístico, aunque él no tuviera nada que ver con la farándula: es un empresario vinculado al juego y a los bingos y casinos.
A las manos de la actriz llegó un video donde Halbinger, dueño de un físico definitivamente musculoso y muy llamativo, mantenía relaciones con una señorita que, claro, no era ella. Era Juliana Rojo, que en ese momento se hizo un poco conocida.
¿Se va entendiendo? Sigamos. Cuando celebró su cumpleaños, Lanzoni contrató una empresa de catering. Pésima decisión: la dueña era Juliana. Lo que sigue es lo de siempre: hubo algunas cosas que no se dijeron, muchos revolcones y una filmación que deschavó todo el asunto. Hubo, como en la peli, sexo, mentiras y video.
La relación de Lanzoni voló por los aires. En medio del bochorno, la actriz –que para colmo no pudo estrenar obra de teatro, porque la protagonizaba junto con Pablo Rago y el actor fue acusado de violación y no había manera de reemplazarlo– dialogó con Paparazzi.
–¿Cómo estás, Miriam, después de todo lo que pasó?
–Mirá, aún no entiendo nada de lo que pasó. Estoy destrozada. Primero porque se rompió mi familia, la familia que teníamos con Chris. Y después por toda la maldad de quienes se beneficiaron con esto. Me parece muy macabro y muy bajo.
–Se vieron imágenes de un reencuentro tuyo con Christian y empezaron a sonar rumores de reconciliación. ¿Hay chances de que vuelvan?
–Noooo. El tenía la mitad de las cosas acá. Las tiene que buscar. Tiene que ver eso con que “nos vimos”.
–La estás pasando mal, vos misma lo decís. ¿En qué te apoyás para pasar este momento?
–En amigos, en mi laburo, y en la familia. Vino mi hermano a visitarme.
–Si bien es todo muy reciente, ¿hacés alguna reflexión de esto que te sucedió?
–Solamente que en tiempos donde las mujeres nos jactamos de ser sororas entre nosotras… Una mujer te manda un video para cagarte la vida y otras más se regodean en eso. Para pensar. Nos falta mucho como género. Por suerte estoy hecha de otro material.