Ponerse en la piel de un famoso es una tarea muy difícil de hacer y que inclusive ni los fans de una figura logra hacerlo. Estar bajo la constante mirada de los medios y miles de personas que esperan una noticia, en algunos casos ser torna negativo y así lo siente Benjamín Vicuña.
Desde su escandalosa separación con Carolina Ardohain, la privacidad del actor chileno se vino a pique. Haber engañado a Pampita y de la forma en que lo descubrió su ex, hizo que hoy cualquier rumor acerca de su estado sentimental sea una primicia relevante.
Luego de lidiar durante años con la prensa, Benjamín entendió que esto también forma parte de ser una figura pública. Aunque reconoce que solo le gustaría brindar notas por su trabajo, sabe que en cada entrevista que brinda la mayoría de las preguntas van relacionadas a su vida amorosa y por esa razón dejó aparecer públicamente.
“En algún momento, uno cree que existe una manera de lidiar o negociar, pero no. Lo importante en mi caso es hacer una escala de prioridades: qué es lo importante y qué es lo que no, qué cosas me afectan y cómo evitar consumirlas... Pero más allá de eso, no puedo cambiar el sistema”, reconoció Vicuña.
Como cada una de las relaciones que transitó las vivió de manera muy intensa y eso salió a la luz, el actor no evitó hablar del amor. No precisamente de Pampita, la China Suárez o Eli Sulichin, sino que de uno verdadero y que lo hace muy feliz: su profesión.
“Actuar es el amor más importante de mi vida. Al menos es el que más me duró. Es un amor que se construye, pero que también se vuelve esquivo y te genera dolores de cabeza, frustraciones, vacíos, problemas de autoestima. Tiene todo lo bueno y lo malo del amor”, indicó Vicuña en una entrevista con Clarín.
Dado que hace un tiempo reconoció que no apostará a formar pareja, ya que siente que no es una cuestión él en estos momentos, Benjamín decide ubicar su energía en otro espacio. Con la reciente pérdida de su padre, se dio cuenta cuáles son las cosas que importan verdaderamente.
“Pongo el foco en mi trabajo, en el día a día, en mis hijos, en lo real. Trato de mejorar muchas cosas que son herencias culturales. Hemos ido depurando mucho el rol del padre en los últimos veinte o treinta años”, concluyó Vicuña.
