En el medio del auge mediático del Wandagate, y mientras todos disparaban artillería gruesa contra la China Suárez, el nombre de un tercer jugador entró en escena: el de Nicolás Furtado, el actor uruguayo con el que Eugenia salió apenas Benjamín Vicuña se fue de la casa.
Según dicen, la cosa no prosperó: la China estaba a pleno con la refacción de su nueva casa en Chacras de Murray (“muy intensa”, indicó Ángel de Brito al hablar del tema en LAM en su momento) y enroscada con Vicuña por temas varios de su separación.
Y Nico, muy en otra sintonía, salió corriendo de inmediato de ese cuadro. "Fueron dos salidas nada más, la historia no subió de nivel porque ella estaba super enojada con Benjamín y él no estaba para bancar cabeza ajena", leyó De Brito según le hicieron llegar fuentes cercanas.
Como sea, parece que el actor uruguayo llegó incluso a pasar una noche en la famosa casona que la China le hizo comprar al chileno. Después de esto, voló a España y ahí cambió todo: se enamoró de Ester Expósito y chau China, adiós para siempre.
Siempre bajo perfil, Furtado nunca dijo nada sobre lo sucedido y se mantuvo al margen del escándalo. Hasta ahora, porque entrevistado por La Nación por el estreno de la cuarta temporada de El Marginal, se animó a contar cómo se lleva con los efectos colaterales de vivir tan expuesto.
"El 2021 para vos venía tranquilo hasta que tu nombre apareció implicado en el escándalo del año. Después te fuiste a España y blanqueaste una relación. ¿Cómo te llevas con la fama?", le preguntaron.
¿Y qué respondió “Diosito”? "En su justa medida le doy su lugar, su espacio. Y listo. No le doy mucha trascendencia o trato de que no sea algo tan importante tampoco".
Y cerró, corta la bocha: "Es algo que viene con lo otro, que es lo que yo hago. Es así y chau. Te guste o no, es una consecuencia de mi trabajo. Así que nada, no es ni más ni menos que eso".