Nicole Neumann atraviesa un presente convulsionado, lleno de situaciones que brotan en su camino y que la catapultan a lo más alto de las tendencias y el escrutinio del público. En primera instancia, la modelo disfruta de ingresar en los últimos meses de su embarazo, con el que se convertirá en madre de un varón por primera vez.
Empero, su vida personal genera interés, en ocasiones desmedido, como toda la repercusión que se suscita en torno a su pelea con Indiana Cubero, por eso le suele llover las preguntas de los medios respecto a la decisión de su hija de alejarse del hogar materno y refugiarse en la casa de Fabián Cubero y Mica Viciconte.
En esta semana, Nikita volvió a protagonizar un escándalo al revelar, en televisión, que su madre se aprovechó de sus inicios como modelo, cuando todavía transitaba por la niñez e ingresaba en la adolescencia, y que desconoce el uso que le destinó al dinero que cobraba por sus trabajos en las pasarelas.
En todo ese contexto de ruido mediático, Neumann ahora sorprendió con una confesión muy sentimental y emotiva, que se relaciona con un amor platónico que latía en su corazón en su juventud por un famosísimo actor norteamericano, que le generaba cosquillas en la panza.
En el desarrollo de Los 8 escalones del millón, ese ciclo de Guido Kaczka al que asiste en ocasiones cuando no está viajando por el mundo con su marido José Manuel Urcera, Nicole admitió que estaba enamorada del protagonista de la célebre serie MacGyver.
En ese programa, el talentoso conductor le preguntó a una participante: “¿Qué personaje de la televisión de los años 80 salía de aprietos utilizando elementos comunes y corrientes?”. Al ofrecer la resolución correcta, Neumann intervino y gritó: “Mi amor platónico, me encantaba”.
Respecto a los motivos para sentir esas vibraciones por Richard Dean Anderson, la modelo acudió a una frase muy sincera: “No sé, lo amaba. Me gustaba, sabía hacer de todo, era un placer tenerlo”. Evidentemente, ese personaje mítico le causaba emociones a Neumann.