Culturalmente, Argentina transita un fenómeno que probablemente encuentre su piedra fundacional allá lejos y hace tiempo, cuando los barcos a vapor fueron anclando en el puerto de Buenos Aires con los primeros inmigrantes a bordo. Fuero ellos, evidentemente, lo que sembraron la semilla del trabajo y los que formaron numerosas familias, las cuales, al día de hoy, conservan el vigor de sus raíces pese al paso de las generaciones. En ese entonces, fueron mayoritariamente italianos, polacos y españoles los que pusieron un pie en nuestro país y le fueron dando esa radiografía social que aún predomina en la actualidad. La famosa “mezcla de sangre”, que le dicen.
Los tiempos cambiaron, pero las razones que los empujaron a escapar se asemejan bastante a las del nuevo milenio: la falta de oportunidades, la miseria y la escasez de proyectos siguen mostrándose como los principales disparadores de un movimiento migratorio. El presente lo indica claramente: el 90 por ciento de los extranjeros que se instalaron en nuestra tierra proviene de Venezuela.
Apremiados por la incertidumbre, vislumbraron en la Argentina una chance de poder trabajar, de sustentar a sus familias y, por qué no, también de enamorarse. Karen Martínez tiene 30 años, es –desde luego– venezolana y en abril de 2020 se convertirá en la esposa de Pablo Duggan (47). El periodista, que además es abogado, confirmó que se casarán, y vaticinó que “si Dios quiere, tendremos muchos hijos”.
Aunque la boda ya está programada con fecha para el civil, aún no se sabe si también la pareja pasará por la iglesia. “Yo no me niego. Si me convence… aceptaría. Karen es muy correcta y quiere las dos ceremonias. A mí, sinceramente, no me cambia nada. Igualmente, accedería sin problemas. Estoy enamorado y soy muy feliz con ella”, agregó posteriormente.
Semejante decisión por supuesto no fue casualidad. Fue fruto de un consenso conyugal que tuvo su base en lo bien que se desarrolló la convivencia, pues Karen y Pablo comparten el mismo techo desde hace un año y medio y están muy conformes con los resultados de la prueba piloto que llevaron adelante para tantear.
“Tenemos tres gatos pero queremos tener muchos hijos. Formar una familia y ser felices. En definitiva, lo que anhelan todas las parejas que planean unirse para siempre. En lo personal es algo importantísimo en mi vida, porque Karen es una mujer que me apoya, me acompaña y me baja a tierra. Y que cuando me tiene que criticar me critica. Ella llegó hace dos años a la Argentina y cuando nos conocimos sentí que estaba frente a la mujer de mi vida. Lo sigo sosteniendo, por eso voy a casarme”, continuó Duggan, quien tan metido está en el tema que ya comenzó con la mudanza a una propiedad en la localidad de Tigre, hacia donde se trasladarán en breve.
“Dios nos ilumine. Entre nosotros hay respeto y un entendimiento mutuo”, finalizó el periodista. Restará entonces que aparezcan el arroz y los confites. De un lado Pablo, del otro Karen. En el medio, un fenómeno cultural que si bien no modifica radicalmente el histórico paradigma de la inmigración, demuestra que es capaz de atreverse a desafiar el destino.