Sonó el teléfono. En la pantalla se leía “Pico”. Arreglaron y se vieron: estuvieron charlando dos horas, se rieron, la pasaron muy bien. Era la primera vez que compartían un rato juntos después de su última ruptura, en junio. En aquel momento, fue él quien le dijo a ella que ya no aguantaba la relación, que prefería volver al bajo perfil, que estaba harto de esquivar noteros y desmentir versiones. Así que cortaron. “Ustedes no saben cómo me afecta una separación a mí, por las cosas que viví, me lleva a lugares oscurísimos”, reconoció ella.
Estaba enamoradísima de él, había soñado volver a ser madre a su lado, darle su primer hijo, confirmar en los hechos todo el amor paternal que le demostró cada vez que le tocó ocupar ese lugar en el hogar que compartían con sus tres hijos. Pero aceptó la decisión que él tomó. Se tragó todo su orgullo y sufrió en silencio sin perder la entereza que la caracteriza. Hasta que sonó el teléfono, y leyó “Pico”. Fue el primer paso para llegar al destino que se presumía hace unas semanas, y que se terminó confirmando estos días de verano en Punta del Este. Sí, Pampita (40) y Juan Mónaco (34) están juntos otra vez.
De punta. Como el verano pasado, como la mayoría de los veranos desde hace largos años hasta la fecha, Carolina Ardohain es “la” estrella de la temporada en Punta del Este. Todos los fotógrafos están detrás de ella, y todas las marcas también. La modelo y conductora, que este 2019 tendrá su regreso a la mesa del jurado del Bailando, tiene una agenda cargada de eventos y presencias en toda la costa uruguaya. Y esta vez, la instancia de su reconciliación con Pico le suma un ingrediente más a su llegada. Todo en dólares, claro. Pero en paralelo a estos compromisos laborales que la llevaron al Este, Pampita llegó a Uruguay en plan de vivir una romántica luna de miel con Pico.
En especial los primeros días de su estadía, en la que no estuvieron sus tres hijos, y pudo disfrutar de la intimidad con el ex tenista extrañando a sus nenes pero con la mayor de las libertades. Pampita y Pico alquilaron un departamento en uno de los edificios más modernos y costosos de Punta, ubicado estratégicamente entre la punta y Manantiales, cerca de las comodidades de la ciudad y de la movida nocturna. Y por supuesto, con la camioneta de Pico cargada de combustible como para hacerse una escapada a José Ignacio, donde para lo top de lo top. A un año y medio de su retiro del tenis, Pico se ve espléndido. Y la explicación está dada en la exigente rutina de entrenamiento que sigue cumpliendo día tras día, incluso en las vacaciones.
El único momento del día en que se separa de Pampita es para meterse en el gimnasio de su complejo, o para salir a correr por la costa balnearia. La rutina de la feliz pareja está dividida en el día y la noche. Bien temprano a la mañana cruzan a la playa con un par de sillitas y una heladerita llena de bebidas y snacks. Ella, sonriente. El, todavía incómodo con los fotógrafos. Los dos, detrás de unas gafas oscuras. Al mediodía, cuando el sol empieza a golpear más fuerte, suben al refugio de su hogar. A la noche, cuando Pampita va a cumplir con sus trabajos, Pico se hace presente en Babel, el bar que abrió en la zona de Manantiales. Allí el tandilense por fin disfruta los beneficios de haberse retirado de la exigencia deportiva y se permite tomar una que otra cervecita en la barra, junto con sus amigos. Pampita, simpatiquísima, también frecuenta el bar, donde tiene una mesa reservada para ella y sus amigas.
A punta. Se los ve muy bien. Cuentan que esta nueva oportunidad es distinta a la que se dieron el verano pasado, cuando se reconciliaron para el cumpleaños 40 de Pampita, en México. Esta vez sí limaron todas las asperezas, y están dispuestos a proyectar un futuro juntos. “El amor entre nosotros estaba intacto”, repite ella. La clave, agregan, es que Pampita por fin terminó de aceptar que Benjamín Vicuña, el padre de sus hijos, es parte del pasado. Las últimas declaraciones del actor chileno hacen presumir que la relación entre ellos atraviesa un período de calma, y eso es bueno para todos.
Luego del revés que sufrió haciendo Pampita Online, en Telefe, Carolina fue capaz de salir airosa de lo que fue un fracaso rotundo en cuanto a rating y críticas. Tanto que fue conductora de los Martín Fierro a la radio, y todo parece indicar que volvería al jurado del Bailando. Marcelo Tinelli se lo habría pedido expresamente a sus productores, consciente de que nadie logró reemplazar –ni Laurita Fernández ni mucho menos Flor Peña– lo que generaba Pampita. Afortunada en el amor, lo mismo en el trabajo. ¿Cómo será el 2019 de Pampita?
Sonrisas cómplices para Paparazzi.
A prestarle atención.
¡El glamour para salir del agua!
