Benjamín Vicuña está en plena etapa de cambios. Y Eli Sulichín, su novia desde fines del año pasado, lo impulsó a uno de los más importantes: volcarse a la espiritualidad.
Distanciado de su ex, la China Suárez, después de que dijo en redes sociales que él se ausentaba como padre y que justificaba sus viajes con trabajos, Benjamín inició un proceso introspectivo al que lo inspiró su pareja.
En tiempos donde la agenda laboral de Vicuña está completa porque está grabando una serie nacional para una conocida plataforma y ensaya El método Groholm, un clásico del teatro, lejos de la rutina laboral apuesta a las enseñanzas que le está transmitiendo Eli.
Sulichín tiene una tendencia muy "marcada" a una vida alejada de los conflictos y volcada al camino de las buenas energías y la sabiduría milenaria y eso "atrapó" a Benjamín, a quien se lo nota muy diferente de un tiempo a esta parte.
Aplomado y relajado, aseguran que ahora Vicuña está camino a encontrar un paz añorada que le acercó la mujer que lo conquistó y a la que el se ganó su corazón. También, le está haciendo muy bien su cercanía a Rafael Ferro.
Vicuña y el artista se hicieron muy amigos durante las grabaciones de El primero de nosotros, la ficción de Telefé que termina el próximo 30 de junio, y ese vínculo, sumado al de sus hijos, también le está haciendo súper bien en el cotidiano.
