Alberto Cormillot es una eminencia en el mundo de la nutrición. A sus 85 años continúa más vigente que nunca y trabajando en Cuestión de Peso, programa en donde ayuda a mejorar la calidad de vida de aquellas personas que luchan contra la obesidad.
En una larga trayectoria que lo distingue como uno de los médicos más reconocidos de la historia argentina, una de las particularidades que siempre marcaron a la carrera del Dr. Cormillot fue trabajar con su familia muy cerca, como ocurre en el programa de El Trece, donde están su hijo Adrián y su esposa Estefanía Pasquini.
En el pasado, principalmente en 1961, nació su historia de amor con Monika Arborgast, su primera esposa y con quien marcó a fuego sagrado una historia de pasión y lujuria. Ambos se conocieron en el Hospital Alemán, donde él se encontraba comenzando en la medicina y ella trabajaba como secretaría.
Dos años después de ese flechazo decidieron casarse y formaron su familia. San Francisco, México, Nueva York y Londres fueron algunos de los destinos que visitaron en una lujosa luna de miel; ya de regreso en Argentina decidieron formar su propia familia y tuvieron a Reneé y Adrián Cormillot, sus hijos más grandes.
Con una química pocas veces vista, la llama de su romance se apagó en 1976 cuando decidieron ponerle fin a su relación. Luego de 15 años juntos, Cormillot y Arborgast firmaron los papeles de divorcio, marcando el fin de una etapa que estuvo llena de amor.
POR QUÉ TERMINARO SU RELACIÓN ALBERTO CORMILLOT Y SU PRIMERA ESPOSA
El motivo de la separación de Alberto Cormillot de su primera esposa no fue por una infidelidad, crisis o la aparición de otra persona, sino que dejó de existir ese romance que los unió profundamente en los pasillos del Hospital Alemán.
El vínculo entre Alberto y Monika siguió siendo muy especial después de su separación. Juntos como familia, mantuvieron ese buen trato hasta 2017, cuando ella falleció, producto de un cáncer de pulmón que terminó con su vida.
"Nos llevábamos muy bien. Después de separarnos, yo cenaba seis veces por semana en su casa con los chicos. Si bien estábamos separados, nos vimos todos los días durante 56 años, porque trabajábamos juntos y la vida familiar continuó”, recordó Cormillot en una entrevista, con mucho cariño y nostalgia.