Georgina Barbarossa había sido entrevistada este jueves en Intrusos por su pelea con Wanda Nara, quien le negó una nota en vivo para A la Barbarossa. Mientras hablaban de la interna con la mediática, en un momento Marcela Tauro le hizo un comentario que la incomodó: le preguntó si estaba en pareja porque tenía el dato de que se había vuelto a enamorar.
Y si bien el móvil supo surfear con una evasiva y diciendo que estaba apurada para irse, este viernes 11 de abril Georgina se vio acorralada por el panel de su programa y no le quedó otra que blanquear la situación. Tauro había dado la primicia, pero en medio de la información que tenía dio a entender que se trataba de un cocinero. Sin embargo, hoy la conductora terminó blanqueando de qué va su nuevo noviazgo.
A los 70 años, Barbarossa confesó que se trata de un antiguo novio que reapareció en su vida y con quien mantiene un fogoso romance. Sin embargo, no se trata de alguien relacionado con el arte culinario: “Saber revolver bien la olla. Pero a veces no es necesario revolver, como con el arroz porque se pasa. Pero que sepa cocinar no significa que sea cocinero”, bromeó picante.
Si bien al principio le costó dar algún que otro detalle de este apasionado noviazgo que vive, en un momento Pía Shaw le pidió que confiese cuál era la profesión de este hombre que se encuentra nuevamente dentro de su vida. “No voy a decir porque no es novio... ¡Yo no cuento mi vida privada!”, dijo sonrojada pero entendiendo el juego mediático a la perfección.
GEORGINA BARBAROSSA DIO DETALLES DE SU NUEVO ROMANCE A LOS 70 AÑOS
Entonces Georgina explicó que en su momento había tenido un affaire con este hombre, a quien había conocido en Brasil y hoy se volvió a encontrar. “No es un sextoy, es un amigo… que es muy parecido a Luciano Castro, pero no tan alto”. Y entonces lanzó un dato íntimo: “El señor ya pernoctó en mi casa, pero nadie deja el cepillo de dientes en casa, y el que entra tiene que querer a mi perro, López. No le quiero dar las llaves”.
La conductora explicó que en su momento las cosas no avanzaron más porque estaban en diferentes etapas de la vida, ella en su rol como abuela y él sin hijos, lo que marcaba una brecha importante en cuanto a la cabeza de cada uno. Pero aún así, el reencuentro fue muy apasionado: “Obvio que el reencuentro fue fogoso. Besa con lengua y franeleamos en la cocina. Es morochón”.
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Por otro lado, Georgina dijo que el encargado de su edificio no conoce a su novio porque la visita en horarios nocturnos, cuando el empleado ya no está en funciones. Y por último también confesó con humor que se trata de un deportista, ya que “hace deportes acuáticos” y motivo por el cual ella tuvo que volver a hacer ejercicio: “Tenía que ponerme al día con las sentadillas”, lanzó con mucha picardía.
