"Me conquistó por la panza", dijo Noelia Pompa cuando le preguntaron cómo surgió el amor con Javier, el español con el que mantiene una interminable sucesión de idas y vueltas que no lograron romper la pasión de la pareja. No hablaba del físico del muchacho, sino de su profesión: el hombre es chef y, dicen aquellos que probaron sus exquisiteces, cocina como los dioses.
Hace casi seis años, Noelia se fue a probar suerte a España en el momento de mayor exposición y triunfo en la Argentina. Después de remarla durante un montón de tiempo no sólo había logrado participar en el Bailando por un sueño, sino que además de darse el gusto de bailar con Hernán Piquín se consagraron bi campeones del certamen, una proeza que hasta ahora no fue superada por otro competidor.
Era un Showmatch que superaba los 20 puntos de rating con facilidad (el de ahora no llega a 10) y todo el mundo hablaba de ella, de algunas peleas con su famoso compañero, de que tenía aires de diva, de que se había agrandado, de que se había puesto conflictiva, de que era una triunfadora, de que tenía futuro de estrella. Noelia Pompa era genia y figura y le llovían propuestas de trabajo.
La que aceptó la llevó a España para protagonizar The Hole, un espectáculo al límite que mereció mil elogios. Una noche, uno de los espectadores quedó maravillado con la obra y embobado con Noelia. Había ido a verlo con una amiga que le contó que podía conseguirle el teléfono de la Argentina. "Ni lo dudes, si te lo dan, pues pásamelo" le pidió él. Era Javier, el famoso cocinero.
Una vez que tuvo el número, Javier tardó menos de media hora en invitarla a salir. Noelia aceptó enseguida también. Lo que siguió fue una relación volcánica y explosiva que duró más de 4 años, y que en los últimos tiempos encontró algunos obstáculos.
"Es rarísimo, porque yo sigo enamorada y él me dice que también. Pero algunas cosas nos pusieron un freno, una distancia. Ni nosotros sabemos lo que va a pasar en el futuro", contó ella en una reciente nota que le dio al programa Implacables, que conduce Susana Rocassalvo.
En ese tiempo que estuvieron bien recorrieron una porción grande del continente europeo (pasaron un tiempo prolongado en Alemania) y protagonizaron infinidad de escenas tiernas y románticas, acompañadas siempre de profundas declaraciones de amor.
Eran la imagen de la felicidad. Pero el paso del tiempo, el desgaste y la cuarentena (que también la hubo en España) los pusieron en problemas. Veremos qué ingredientes tiran ahora a la olla para darle más sabor a su estofado.