Uno, dos, cinco, diez, cien, mil, cincuenta mil, setencientos mil, 5 millones.... todo el país quiere a Santi Maratea. No debe haber una persona entre las más de 45 millones que habitamos suelo argentino (justo este año habrá censo y se sabrá, efectivamente, cuántos somos) que no tengan una sensación de cariño, identificación y empatía con el influencer solidario más importante y eficaz del planeta tierra.
Sus pasos previos le habían granjeado el afecto de la inmensa mayoría de la población, pero lo que hizo con los incendios en Corrientes lo transformó en la persona preferida del país, por lo menos hasta que alguien escarbe y le encuentre algo, o hasta que se mande alguna que le quite ese cartel que hoy ostenta sin ningún lugar a dudas. Podría competirle Lionel Messi, pero no vive acá.
Cuando vio que los incendios en esa provincia se iban de las manos y amenazaban no sólo a los bienes materiales, sino a la gente y a las especies animales que habitan la región del Ibera, "Santi" se propuso hacer una colecta para ayudar a los bomberos de la zona a combatir las llamaradas y las lenguas de fuego descontroladas y harto peligrosas. Por más de 34 horas su iniciativa fue la principal tendencia de la Argentina y una de las más fuertes a nivel global.
En algún momento se lo vinculó con Lizardo Ponce, pero jamás blanquearon. También con otra reina de las redes llamada Malena Villa, pero tampoco. Dicen que está muy enamorado de alguien que trabaja con él. ¿Será?
Los números crecieron a más no poder. En un puñado de horas la cuenta explotó. Otra vez: uno, dos, cinco, diez, cien, mil, cincuenta mil, setecientos mil, 5 millones... Al momento de la redacción de este texto, Maratea había reunido más de 100 millones de pesos para darle una mano a la gente que la está pasando realmente feo. Su apellido se volvió sinónimo de solidaridad, amor, confianza, esperanza.
Velozmente, mucha gente empezó a preguntarse "¿Quién es Santiago Maratea?". Google no dio a basto con la cantidad de gente que tecleó eso buscando una respuesta en menos de cinco segundos, esa velocidad supersónica con la que se vive hoy día. Tampoco con las dos consultas que le siguieron a esa: "¿Cómo se hace para colaborar con Santi Maratea?", y "¿Quien es la pareja de Santi Maratea?".
La última pregunta es la de respuesta más compleja. Como todo joven de esta época, a Maratea no se lo puede encasillar en las clasificaciones tradicionales que maneja la gente de 30 o 35 años para arriba. Aquello de novio, novia no corre para él ni para muchos chicos de su edad.
Ellos viven la vida con otra mirada y otro pensamiento. Si le gusta una chica y conecta con ella, pues lo disfruta. Si siente algo por un chico igual. "Siempre estoy enamorado, nunca estuve en pareja", dijo alguna vez para explicar "su estado civil".
Alguna vez se lo vinculó con Lizardo Ponce, otro influencer, pero nunca admitieron una relación. También se lo consideró cercano a Malena Villa, otra reina de las redes sociales, pero tampoco.
Chicos y chicas le manifiestan su admiración en cada posteo que publica, y ahí sigue él, jugando al misterio con sus propios sentimientos mientras muchos aseguran que la verdad es que está muy muy enamorado de una persona que trabaja junto a él en cada iniciativa solidaria. Juntar 100 palos en un día le cuesta menos que hablar de su corazón. Así es la vida.