La diferencia es bastante marcada. Muchos centímetros separan a uno del otro. Físicamente, la verdad, son muy distintos. Sin embargo, entre Diego Schwartzman (27) y Juan Martín del Potro se advierte una similitud que a esta altura ya parecería un denominador común entre los tenistas de primera plana. ¿Cuál? La proclividad a conquistar bellas mujeres.
El buen paladar, para decirlo de otra manera. Obviamente, el historial del tandilense es bastante más extenso que el del Peque, pero a este ritmo seguramente el diminuto surgido de Náutico Hacoaj, que es cuatro años menor, no tardará el registrar un inventario femenino similar al de La Torre.
Schwartzman ha empezado bien en su recorrido amoroso frente a los medios: hace poco presentó oficialmente a su novia, una modelo muy bonita llamada Eugenia de Martino.
Con medidas de 85-60-92 y ojos verdes, la rubia cautivó al tenista a mediados de año, pero recién el vínculo fue formalizado públicamente el mes pasado, cuando compartieron una salida pública para protocolizarlo ante las cámaras.
Posicionado como el mejor argentino en el Ranking ATP (escalón número 14), Schwartzman ya acumula algunos millones en la cuenta bancaria y el cierto grado de popularidad que adquirió, sobre todo después de medirse nada menos que con Rafael Nadal en la última edición de la Copa Davis, subieron sus acciones en la platea femenina.
De todos modos, por ahora Peque pretende privilegiar la tranquilidad. Más allá de que se viene acostumbrando progresivamente también al trabajo y las preguntas de las revistas del corazón, su intención no es ser noticia por cambiar rápidamente de novia o por un final abrupto producto de una aventura clandestina facilitada por su fama.
Schwartzman quiere sobresalir por logros deportivos. Y para eso, la contención y el acompañamiento son vitales. La impresión es que los ha encontrado en Eugenia. El futuro dirá si se mantiene firme junto a ella o si sigue los pasos de Del Potro, que después de varios años, tras romances entre gallos y medianoche, sentó cabeza con Sofía Jiménez y recién ahora se ha propuesto transitar una etapa de prosperidad conyugal.
