Mucha agua pasó debajo del puente desde que Benjamín Vicuña y la China Suárez se separaron, pero hay situaciones que dejan sus espinas. Porque a pesar de que el chileno ande feliz con su nueva novia, Eli Sulichin, a quien ya presentó en su país natal, nunca olvidará todo lo que pasó al momento de su ruptura.
La historia es conocida pero tiene elementos y detalles muy picantes: antes de cortar la relación, Eugenia le pide al papá de sus hijos Magnolia y Amancio “empezar de cero” en una casa de los dos, ya que siempre habían alquilado.
Así fue como la actriz se enamoró de una casona en Pilar, hermosa, pero que necesitaba de una buena inversión de dinero y de mucha mano de obra para volver a ser habitable. Decidido a darse otra oportunidad, Benjamín se puso con la plata (según Yanina Latorre dijo en LAM, con 100 mil dólares), pero todo salió al revés.
Apenas cerraron la operación, la China lo dejó. Y no sólo eso: estrenó la casa con otro hombre, un joven galán, el actor uruguayo Nicolás Furtado, con quien vivió un touch and go brevísimo, dadas las circunstancias “intensas” en las que estaba envuelta la actriz.
“Esa casa que el hombre pagó con su sudor, con el primer hombre que la usó la China fue con NIco Furtado”, recordó la angelita en el ciclo de América. Sin embargo, la figura de El Marginal no quiso saber nada con seguir el romance con la actriz.
¿Qué pasó? Vicuña se enteró de todo el amorío, armó flor de escándalo y ahí fue cuando publicó, sacado, ese anuncio en redes en el que contaba que se habían separado con la China. “Él (Furtado) desaparece y se toma el avión por este lío”, señalaron en LAM, sobre cómo siguió la historia.
Nico voló a Madrid, conoció a la modelo y actriz Ester Expósito, con quien empezó una relación, no quiso saber nada más con la China Suárez que, por su parte, aseguran que nunca le devolvió a su ex el dinero que le pidió prestado para remodelar y dejar la casa divina y como siempre la soñó, como la muestra hoy en sus redes.